Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un discurso en el Instituto Brookings, el presidente Joe Biden acaparó los titulares al reflexionar sobre un aspecto clave de su presidencia: los cheques de estímulo durante la pandemia. A medida que se acerca el final de su mandato, Biden expresó su arrepentimiento por no haber incluido su nombre en los cheques enviados a los estadounidenses durante la crisis del COVID-19, un movimiento que señaló fue pionero del expresidente Donald Trump. "En los primeros dos meses de mi mandato firmé el Plan de Rescate Americano," declaró Biden. "Y también aprendí algo de Donald Trump: él firmó cheques para la gente, $7,400 para las personas porque aprobamos el plan. Yo no lo hice -- estúpido." Sin embargo, sus comentarios eran factualmente inexactos. La cantidad total distribuida a individuos a través de las tres rondas de cheques de estímulo no alcanzó los $7,400 y fue, de hecho, un máximo de $3,200 para individuos sin hijos. Si bien es cierto que el nombre de Trump apareció en la primera ronda de cheques como un toque personal, esto ha llevado a discusiones sobre la politización de la ayuda económica. Las reflexiones de Biden llegan en medio de un contexto de discusiones económicas en curso y la inminente transición a una nueva administración. El expresidente Obama se pronunció sobre el asunto mientras hacía campaña por la vicepresidenta Kamala Harris a principios de este año, defendiendo el enfoque de Biden. Recordó al público que no se trataba de reconocimiento personal, sino de brindar ayuda real a los estadounidenses. Obama enfatizó que la administración de Biden, a diferencia de la de Trump, no adjuntó crédito personal a los esfuerzos de alivio, explicando que el enfoque estaba en las personas en lugar de en la postura política. En sus comentarios, Biden también aprovechó la oportunidad para criticar las políticas económicas de Trump, advirtiendo que la administración entrante parece dispuesta a revivir la economía de goteo, que él caracterizó como un enfoque fallido. Expresó su preocupación de que esto pudiera llevar a déficits masivos y recortes a servicios vitales como la atención médica y la educación. "La administración entrante está decidida a devolver al país a otra ronda de economía de goteo y otro recorte de impuestos para los ricos que no será financiado," dijo, añadiendo que cree que tales políticas tendrían consecuencias devastadoras para los estadounidenses promedio. Los comentarios de Biden apuntan a una narrativa más amplia de identidad política y legado a medida que se prepara para dejar el cargo. Mientras lidia con las decisiones tomadas durante su presidencia, sus reflexiones sobre los cheques de estímulo sirven como un recordatorio de las complejidades de los esfuerzos de alivio económico y las ramificaciones políticas vinculadas a ellos. Las declaraciones del presidente también destacan una diferencia clave en el enfoque entre su administración y la de Trump, ya que Biden busca reforzar la noción de que la ayuda gubernamental debe priorizar las necesidades de la gente en lugar de la imagen de cualquier líder individual. A medida que la nación se encuentra al borde de un nuevo capítulo, los comentarios de Biden son un recordatorio del impacto duradero que las políticas económicas pueden tener en la percepción pública y el apoyo político. Si esto resonará con el público estadounidense a medida que el país avanza, aún está por verse, pero las discusiones iniciadas en este discurso probablemente resonarán en el panorama político durante algún tiempo.