Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El viaje de Amy Allen desde la escuela de enfermería hasta ser nominada al Grammy es una historia notable de autodescubrimiento y evolución artística. Una vez estudiante de enfermería en Boston College, su destino tomó un giro inesperado durante una escena traumática en una película de "Crepúsculo", donde el sangriento nacimiento de un bebé vampiro le hizo darse cuenta de su incapacidad para manejar la vista de la sangre. "Me desmayé en el cine porque no podía ver sangre", recuerda, marcando el momento crucial que cambió su enfoque hacia la música. Esta realización la llevó a transferirse al Berklee College of Music, donde perfeccionó sus habilidades de composición. Inicialmente con el objetivo de convertirse en artista de grabación, Allen rápidamente reconoció su talento para la composición y tomó la decisión estratégica de seguir ese camino en su lugar. Su impresionante portafolio ahora incluye colaboraciones con íconos del pop como Selena Gomez y Harry Styles, pero fue su trabajo con Sabrina Carpenter en el álbum "Short n' Sweet" lo que le ha valido una codiciada nominación al Grammy como Compositora del Año. En un episodio reciente de "Rolling Stone Music Now", Allen expresó su reconocimiento inmediato del potencial de Carpenter cuando se conocieron por primera vez. "Es realmente difícil encontrar a alguien y decir, 'Oh, sin duda, eres lo mejor'", explicó, ilustrando la singularidad del talento de Carpenter. Un momento destacado durante su colaboración fue la escritura de la canción "Please Please Please" en Electric Lady Studios con el renombrado productor Jack Antonoff. Allen describió la experiencia, destacando los atrevidos cambios de tonalidad y las letras ingeniosas pero conmovedoras, que ella cree que hacen que la canción se destaque en el panorama pop actual. La destreza musical de Allen continuó floreciendo con la oportunidad de trabajar con Justin Timberlake en su último álbum, un momento de círculo completo para ella como artista. Reflexionando sobre sus influencias de la infancia, compartió cuánto Timberlake y 'NSync moldearon su comprensión de la música pop. "Estar con él en tiempo real y ver cómo trabaja... fue simplemente increíble", dijo, subrayando la importancia de esa colaboración. A medida que el panorama de la música pop evoluciona, Allen observa que el público ahora es más receptivo a sonidos vanguardistas. "El público en general no solo está listo para algo realmente fuera de lo común, sino que lo quiere y lo anhela ahora", señaló, abogando por la aceptación de la inconformidad en la composición. Sus influencias artísticas son un rico tapiz de country clásico y pop de principios de los 2000, fusionando la profundidad lírica de íconos como Dolly Parton y Tom Petty con los ganchos pegajosos de Britney Spears y los Backstreet Boys. Curiosamente, su enfoque de composición varía según si está escribiendo para sí misma o para otros artistas. Para colaboraciones, se enfoca en crear un estribillo destacado que pueda prosperar en la radio pop. Sin embargo, al escribir para sus propios proyectos, se permite la libertad de volver a sus raíces poéticas, despojándose de la presión de crear un éxito comercial. "Solo quiero escribir desde el corazón", reflexionó, reconociendo la exigente naturaleza de la industria de la música pop. Con su reciente nominación al Grammy brillando un foco sobre su talento, la historia de Amy Allen es una de resiliencia y creatividad, demostrando que a veces, los desvíos más inesperados pueden llevar a los viajes más gratificantes. A medida que continúa empujando los límites de la composición pop, los fans pueden esperar más música innovadora y conmovedora de esta estrella emergente.