Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las secuelas de los devastadores terremotos que azotaron el sureste de Turquía el 6 de febrero de 2023 continúan sintiéndose profundamente en la región. Los terremotos, que resultaron en más de 53,000 muertes y dejaron a más de 107,000 heridos, impactaron severamente a aproximadamente 15.7 millones de personas, incluidos 14 millones de ciudadanos turcos y 1.7 millones de refugiados. A medida que el país lidia con los efectos a largo plazo de este desastre, la Media Luna Roja Turca (TRC), en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), ha lanzado un amplio llamamiento de emergencia para abordar las necesidades continuas de los afectados. La Estrategia Operativa Revisada, publicada el 7 de junio de 2023, establece un requerimiento de financiamiento de 750 millones de francos suizos (CHF) para los esfuerzos de alivio en curso, con 400 millones de CHF ya asegurados a través de la Secretaría de la IFRC. Sin embargo, la TRC aún necesita 350 millones de CHF de recaudación de fondos nacionales y contribuciones bilaterales para apoyar plenamente los esfuerzos de recuperación. Actualmente, el llamamiento está financiado en un 38%, con 151.8 millones de CHF en promesas firmes. La urgencia de fondos adicionales es primordial, ya que la TRC busca mantener sus esfuerzos para satisfacer las necesidades inmediatas, de recuperación temprana y de recuperación a largo plazo. La devastación provocada por los terremotos es asombrosa. Más de 300,000 edificios se vieron afectados, con 262,000 gravemente dañados o completamente destruidos, desplazando a millones en medio de duras condiciones invernales. La infraestructura crítica para la vida cotidiana—escuelas, hospitales y servicios sociales—se ha visto interrumpida, afectando particularmente a mujeres y niños que a menudo soportan el peso de tales crisis. Con más de 3 millones de personas reubicadas debido a la destrucción, la necesidad de apoyo continuo se vuelve cada vez más evidente. Una reciente Evaluación de Necesidades de Protección Interagencial destacó las condiciones socioeconómicas deterioradas que enfrentan tanto los ciudadanos turcos como los refugiados. Un alarmante 83% de los encuestados reportó un empeoramiento de sus circunstancias financieras, agravadas por los desafíos económicos preexistentes de la región, que incluyen alta tasa de desempleo y trabajo informal. El impacto es particularmente severo para los sirios bajo protección temporal, quienes enfrentan vulnerabilidades aumentadas en el mercado laboral. Complicando aún más los esfuerzos de recuperación están las duras condiciones climáticas de la región. Los meses de invierno traen fuertes vientos y bajas temperaturas, y las inundaciones primaverales han agravado las dificultades que enfrentan quienes viven en asentamientos temporales. A raíz de este desastre natural, ciudades como Hatay y Osmaniye también han estado lidiando con inundaciones, lo que interrumpe la calidad de vida de las comunidades desplazadas y obstaculiza los esfuerzos para establecer soluciones de vivienda permanentes. Las repercusiones económicas de los terremotos son profundas. Las provincias afectadas, que anteriormente contribuían con casi el 10% del PIB de Turquía, han visto una reducción asombrosa en la producción económica, con interrupciones que afectan aproximadamente a 658,000 trabajadores y dejando más de 220,000 lugares de trabajo inutilizables. La TRC está trabajando activamente para apoyar los medios de vida en estas regiones, pero el camino hacia la recuperación sigue siendo largo y lleno de desafíos. Los problemas de salud mental son otro enfoque crítico de los esfuerzos de respuesta en curso. El costo psicológico de tales desastres naturales es significativo, con muchas personas experimentando duelo, ansiedad y estrés postraumático mientras navegan por la pérdida de seres queridos y medios de vida. Los grupos vulnerables, como niños, mujeres y refugiados, están particularmente en riesgo, enfrentando a menudo barreras adicionales para acceder a los servicios de apoyo necesarios. Abordar estas necesidades de salud mental con intervenciones culturalmente sensibles y específicas es crucial para el proceso de recuperación más amplio. A medida que Turquía continúa enfrentando las repercusiones de esta tragedia, la resiliencia de su pueblo y la dedicación de organizaciones como la TRC y la IFRC son vitales. Sin embargo, el apoyo sostenido de socios internacionales y de la comunidad es esencial para garantizar que los afectados puedan reconstruir sus vidas y emerger más fuertes de este desastre. El camino hacia la recuperación es desalentador, pero con asistencia y compromiso continuos, aún hay esperanza para aquellos que han perdido tanto.