Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los recientes incendios forestales en la región de La Libertad han dejado una profunda huella de destrucción, con más de 1,000 hectáreas de cobertura vegetal devastadas, afectando no solo el medio ambiente, sino también la vida y los medios de subsistencia de las comunidades locales. La noticia ha sacudido a los habitantes de las provincias de Santiago de Chuco y Sánchez Carrión, quienes han vivido en carne propia las consecuencias de este desastre natural. El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de La Libertad reportó que el primer incendio se desató el 4 de septiembre en el sector La Yeguada, en el distrito de Mollepata. A lo largo de su avance, el fuego se propagó hacia áreas como Huamanbul, Huachenga y Miraflores, en la provincia de Sánchez Carrión, dejando un rastro de destrucción que incluye bosques de eucalipto y cultivos de cebada y trigo. Esta situación no solo es alarmante desde el punto de vista ambiental, sino que también ha generado un impacto directo en la economía local, al destruir fuentes de alimento y sustento. Los esfuerzos por combatir el incendio fueron inicialmente encabezados por los pobladores locales, quienes, junto a técnicos de las comunas, hicieron lo posible por extinguir las llamas. Sin embargo, las condiciones del fuego sobrepasaron su capacidad de respuesta, lo que llevó a las autoridades a desplegar cisternas de agua del gobierno regional. Tras un arduo esfuerzo, el incendio fue controlado el 7 de septiembre, pero no sin antes dejar un saldo devastador: seis viviendas afectadas y varias cabezas de ganado perdidas. A pesar de que las llamas han sido sofocadas, el riesgo de reactivación sigue latente. Según pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senmahi), se prevén circunstancias que podrían favorecer nuevos brotes de incendios en la región. Esto pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas preventivas que eviten la repetición de episodios tan destructivos. El COER ha hecho un llamado a los agricultores de la zona, instándolos a abstenerse de encender fuego para limpiar terrenos. La práctica común de quemar residuos agrícolas ha contribuido a la propagación de incendios, y es vital que la comunidad tome conciencia de las consecuencias que estas acciones pueden acarrear. En un contexto similar, otro incendio que se registró en el centro poblado Colpa Yanasarina, en el distrito de Huamachuco, fue controlado tras dos días de arduo trabajo. A pesar de que este incidente fue menos devastador, afectó tres hectáreas de pastizales y una vivienda habitada por una pareja de adultos mayores. Afortunadamente, no se reportaron heridos, pero el hecho resalta la vulnerabilidad de la población frente a estos desastres. La respuesta de las autoridades ha sido clave en la contención de los incendios, pero el papel de la comunidad es igualmente crucial. La colaboración entre los pobladores y las instituciones es esencial para enfrentar estos desafíos y reducir los riesgos de futuros desastres. La educación ambiental y la promoción de prácticas sostenibles son urgentes para mantener la integridad de los recursos naturales en la región. Además de la pérdida de vegetación y ganado, los incendios forestales también afectan la calidad del aire y la salud de los habitantes. Las partículas en suspensión generadas por el humo pueden provocar problemas respiratorios y agravar condiciones preexistentes. Así, la problemática se vuelve aún más compleja, ya que involucra no solo la pérdida de recursos, sino también el bienestar físico de la comunidad. A medida que La Libertad enfrenta esta crisis, es crucial que se establezcan políticas más efectivas de prevención y manejo de incendios. La sensibilización de la población sobre la importancia de la protección del medio ambiente debe ser una prioridad, así como el fortalecimiento de los recursos y capacidades de respuesta ante desastres. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá mitigar el impacto de estos incendios y proteger el invaluable patrimonio natural que la región tiene para ofrecer.