Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La tragedia ha vuelto a golpear a la capital veracruzana, Xalapa, donde este jueves se registró un desgarrador deslave que cobró la vida de tres personas, incluyendo a una menor de seis meses. La familia Rivera Argüello, compuesta por Jazmín, Jesús y su hija, fue víctima de un accidente que ha dejado a la comunidad en estado de shock y ha desatado una ola de críticas hacia las autoridades locales, quienes son señaladas por su inacción ante la advertencia de riesgos en la zona. Los vecinos de la colonia 9 de Abril, donde ocurrió el deslave, han culpado al Ayuntamiento de la ciudad debido a que, según ellos, no atendieron una fuga de agua en la red local que ha estado afectando el terreno. Este trágico suceso no es un caso aislado; en Xalapa, hay más de cien colonias identificadas como zonas de alto riesgo, donde el descuido y la falta de infraestructura adecuada han llevado a múltiples incidentes similares en el pasado. Desde principios de 2024, han ocurrido al menos cinco accidentes que han puesto en riesgo a diferentes familias. Estos incidentes, que han ido desde el colapso de bardas hasta el desplazamiento de viviendas por deslizamientos de tierra, han sido avivados por la llegada de la temporada de lluvias. La ineficiente supervisión de las obras públicas y la falta de un plan de protección adecuado han hecho que la población viva en constante temor. Uno de los incidentes más destacados ocurrió el 5 de mayo, cuando un deslizamiento en la colonia Tamborrel amenazó la seguridad de cinco familias. El alcalde Ricardo Ahued informó que esta situación fue provocada por una obra mal ejecutada, realizada sin permisos ni estudios de mecánica del suelo. Este tipo de negligencia ha sido recurrente en diversos proyectos de construcción en la ciudad, dejando a la población vulnerable. El 20 de junio, las lluvias provocadas por la tormenta tropical "Alberto" causaron daños severos en múltiples puntos de la ciudad. Un socavón se formó en la colonia Carolino Anaya debido a las obras de drenaje que se estaban realizando, generando una situación de riesgo para los automóviles que se encontraban en la zona. La continua falta de mantenimiento y la mala planificación de las obras han contribuido a que más familias se vean afectadas. En Xalapa 2000, la caída de un muro de contención afectó a al menos 12 familias en edificios cercanos, lo que llevó a las autoridades a evacuar a los habitantes por precaución. Solo un mes después, se comunicó que los edificios no corrían riesgo, lo que dejó a muchos con una sensación de incertidumbre sobre la seguridad de sus hogares y la capacidad de las autoridades para manejar estos desastres. El 1 de julio, la tormenta tropical Chris dejó un rastro de destrucción en diversas colonias, siendo la Privada de Toluca, en la colonia Dolores Hidalgo, el sitio donde un cerro se deslizó, arrastrando una casa y dañando gravemente otra. Este accidente subraya la fragilidad de la infraestructura y la falta de medidas de prevención. Las víctimas, en su mayoría, eran personas de la tercera edad y familias en necesidad, quienes perdieron su hogar sin previo aviso. El 1 de agosto, las intensas lluvias provocaron otro deslizamiento en la colonia Rafael Hernández Villalpando, afectando a las familias de Julia Ortiz y Magdaleno Moreno, quienes quedaron atrapados bajo el lodo y las piedras. La situación es alarmante, ya que muchos de estos incidentes podrían haberse evitado con una mejor planificación y un enfoque proactivo por parte de las autoridades. Además, los ecos de la tragedia provocada por el huracán Grace en 2021 siguen resonando en la memoria colectiva, donde cinco vidas se perdieron en la colonia Lomas de Sedeño. La falta de preparación y respuesta ante eventos climáticos extremos ha dejado una cicatriz en la comunidad, que ahora se siente más vulnerable que nunca. Los cuerpos de rescate, en medio de la angustia, tardaron horas en recuperar los cuerpos de la familia Rivera Argüello. Este tiempo, que se siente como una eternidad para los seres queridos y la comunidad, resalta la necesidad urgente de un sistema de respuesta más eficaz y de una infraestructura que pueda soportar las inclemencias del tiempo. Mientras tanto, la preocupación por la seguridad de los vecinos de estas colonias continúa creciendo, al igual que la exigencia de que las autoridades asuman su responsabilidad y atiendan los problemas que han llevado a esta serie de desgracias.