Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el corazón del Centro Histórico de Morelia, una alarmante situación se ha revelado tras un exhaustivo diagnóstico realizado por la Gerencia del Centro Histórico. Un total de 45 edificios están al borde del colapso, lo que representa un riesgo significativo ante la posibilidad de sismos o movimientos del suelo. Este hallazgo, que incluye 180 inmuebles deteriorados y en abandono, plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de los ciudadanos y la preservación del patrimonio cultural de la ciudad. Gaspar Hernández Razo, encargado de la Gerencia del Centro Histórico, hizo hincapié en que el deterioro de estos inmuebles ha alcanzado niveles críticos. Las repercusiones de un posible derrumbe podrían ser devastadoras, y la responsabilidad recaerá enteramente sobre los propietarios de los edificios afectados. Esta situación se vuelve aún más urgente considerando que, históricamente, el mes de septiembre ha sido propenso a sismos significativos, lo que añade presión a la necesidad de una intervención rápida y efectiva. Las autoridades locales no han permanecido de brazos cruzados. Hernández Razo detalló que el gobierno municipal realizó un esfuerzo significativo al inspeccionar un total de 7,758 inmuebles en el área. Sin embargo, el acceso a muchos de estos edificios ha sido complicado, lo que ha limitado la capacidad de realizar evaluaciones exhaustivas. Para llevar a cabo estas inspecciones, el protocolo exige que se solicite permiso por escrito a los dueños, lo que ha ralentizado el proceso. El diagnóstico realizado fue un trabajo meticuloso que tomó meses, y los resultados son alarmantes. Comparado con un ejercicio similar realizado en 2019, donde se identificaron entre 15 y 20 edificios en riesgo de colapso, el número actual sugiere un deterioro considerable en solo cinco años. Esto plantea preguntas sobre la atención y el mantenimiento de estos inmuebles históricos, que son parte del legado cultural de Morelia. El gobierno municipal ha intentado notificar a los propietarios sobre la situación de sus edificios, exhortándolos a invertir en su rehabilitación. Sin embargo, la capacidad del Ayuntamiento para intervenir es limitada, ya que no pueden utilizar recursos públicos en propiedades privadas. En este sentido, el papel del gobierno parece ser más de asesoramiento y mediación que de acción directa. A medida que la situación se vuelve más apremiante, el Ayuntamiento ha empezado a colocar lonas de advertencia en los inmuebles en riesgo. Esta medida busca alertar a la población sobre los potenciales peligros de transitar cerca de estos edificios. La colocación de las lonas ha comenzado con los inmuebles más afectados, aunque el proceso ha sido más complicado de lo esperado, dado que se deben seguir normativas establecidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para proteger el patrimonio. Hasta la fecha, se ha logrado colocar aproximadamente el 50 por ciento de las lonas en los edificios identificados con mayor riesgo. Sin embargo, Hernández Razo no descarta que otros inmuebles, que aparentan estar en buenas condiciones, también puedan presentar riesgos ocultos. Esta revelación subraya la necesidad de un enfoque más integral para evaluar y mantener el patrimonio histórico de la ciudad. La situación es un llamado a la acción no solo para los propietarios, sino también para las autoridades y la ciudadanía en general. La preservación del patrimonio no debe ser solo una preocupación de los dueños de inmuebles; es un asunto que atañe a toda la comunidad. Un derrumbe no solo afectaría a los involucrados, sino que podría tener repercusiones en la infraestructura y la seguridad de la zona. Es fundamental que se establezcan programas de financiamiento y apoyo técnico para ayudar a los propietarios en la restauración de sus inmuebles. La historia de Morelia está entrelazada con la arquitectura que la define, y perderla sería un golpe irreversible para la identidad cultural de la ciudad. Por otro lado, la concienciación sobre la importancia de la seguridad estructural debe ser una prioridad, especialmente en una región donde los fenómenos naturales son una realidad constante. La educación y la participación de la comunidad en la preservación del patrimonio histórico son esenciales para evitar que la historia de Morelia se desmorone junto a sus antiguos edificios. La situación actual puede ser el punto de inflexión que impulse el cambio necesario para proteger este invaluable legado.