Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una semana en la que los aficionados se enfrentaron a precios exorbitantes de entradas para eventos musicales y el Aston Villa aumentó drásticamente sus precios de entradas tras su regreso al fútbol europeo, la UEFA ha presentado una iniciativa prometedora destinada a reducir el costo de asistir a partidos de fútbol. El lunes, la UEFA anunció un tope en los precios que los clubes locales pueden cobrar a los aficionados visitantes en sus tres competiciones de clubes masculinos para la temporada actual. Esta decisión llega tras un intento fallido de implementar límites de precios similares para la temporada 2019-20, que fue cancelado debido al inicio de la pandemia de COVID-19. Ese período vio a los clubes luchando por recuperar las pérdidas incurridas cuando los estadios estaban cerrados, lo que llevó a un ambiente frenético donde cada céntimo contaba. Sin embargo, desde entonces, el fútbol europeo ha evolucionado y adaptado, lo que ha llevado a un aumento notable en los ingresos por derechos de medios y a una nueva estructura para las competiciones en sí. Bajo el nuevo límite de precios, los clubes solo pueden cobrar un máximo de 60 € (£51) por las entradas de visitante en la Liga de Campeones, 40 € (£34) por las entradas de la Europa League, y 20 € (£17) por la Conference League. Cabe destacar que estos límites están destinados a disminuir para la próxima temporada, lo que indica una clara intención por parte de la UEFA de priorizar la experiencia del aficionado en medio del aumento de costos en otras áreas del entretenimiento. El anuncio de la UEFA se enmarcó como resultado de "amplias consultas" con la Asociación de Clubes Europeos y los Aficionados al Fútbol Europa. Si bien esto podría parecer un movimiento positivo, persiste el escepticismo. Algunos críticos advierten que estos límites podrían permitir inadvertidamente a los clubes aumentar sus precios, dado que el precio promedio de las entradas de visitante fue solo ligeramente inferior a estos nuevos límites en las dos últimas temporadas. Esta preocupación se agrava aún más por el hecho de que muchos clubes mostraron reticencia hacia estos límites, siendo el Tottenham Hotspur uno de los que supuestamente se opuso a la medida durante las discusiones. Si bien los límites de la UEFA son un paso en la dirección correcta, el debate en curso sobre los precios de las entradas en el fútbol refleja problemas más amplios dentro del deporte, particularmente en lo que respecta al bienestar de los jugadores. El último Informe de Monitoreo de Carga de Trabajo de Jugadores de FIFPro ha destacado tendencias alarmantes, mostrando que los mejores jugadores están sobrecargados con un exceso de partidos que conduce a la fatiga y a lesiones. Por ejemplo, la estrella del Manchester City, Julián Álvarez, encabezó las listas con un asombroso total de 75 apariciones la temporada pasada, mientras que su compañero Phil Foden podría jugar hasta 77 partidos solo en la actual temporada. Cargas de trabajo tan pesadas no solo comprometen la salud de los jugadores, sino que también plantean preguntas sobre la integridad de las competiciones, ya que los clubes pueden priorizar los resultados sobre el bienestar de sus atletas. Esta compleja red de precios de entradas, bienestar de los jugadores y experiencia del aficionado se ve aún más complicada por las tendencias emergentes en precios dinámicos, como lo evidencian las reacciones en contra del aumento de costos de las entradas para conciertos en el Reino Unido. Los aficionados son cada vez más conscientes de cómo los modelos de precios pueden explotar la lealtad y la demanda, lo que lleva a llamados por estrategias de precios más transparentes y justas en el fútbol. En medio de estos desafíos, clubes como el Paris Saint-Germain también están navegando sus propios obstáculos, mientras buscan expandir la capacidad de su estadio en medio de complejas relaciones con el gobierno local. Las ambiciones del PSG de construir un nuevo estadio para satisfacer la creciente demanda subrayan la lucha continua de los clubes por equilibrar las aspiraciones comerciales con las relaciones comunitarias. A medida que el panorama del fútbol continúa evolucionando, tanto los aficionados como los interesados se quedan reflexionando sobre las implicaciones de estos cambios. ¿Conducirán los límites de precios de la UEFA a un modelo más sostenible para la fijación de precios de entradas, o servirán solo como trampolín para futuros aumentos? ¿Y cómo se gestionará el bienestar de los jugadores en medio de la demanda incesante por el fútbol? Las respuestas a estas preguntas darán forma al futuro del bello juego, asegurando que los intereses de los aficionados, los jugadores y los clubes estén todos adecuadamente representados.