Círculo de poder chavista enfrenta crisis interna y creciente aislamiento internacional

Círculo de poder chavista enfrenta crisis interna y creciente aislamiento internacional

El círculo de poder de Maduro en Venezuela enfrenta cuestionamientos internos y externos, mientras lucha por mantener su estabilidad ante crisis.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 08.09.2024

Desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela tras la muerte de Hugo Chávez, su círculo de poder se ha consolidado, manteniendo una estructura que ha sabido resistir diversas crisis, tanto internas como externas. En este contexto, figuras como Cilia Flores, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino, y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez han jugado roles fundamentales en la consolidación del chavismo. Este grupo, aunque unido por la lealtad al legado de Chávez, se enfrenta a un creciente cuestionamiento tanto dentro de Venezuela como en el ámbito internacional. Cilia Flores, conocida como la "Primera Combatiente", ha sido un pilar clave en la estructura del poder chavista. Con una trayectoria que incluye ser diputada y presidenta de la Asamblea Nacional, su influencia se extiende más allá del rol tradicional de primera dama. Su cercanía con Maduro y su activa participación en la política han llevado a muchos a considerar que es el poder detrás del trono, a pesar de su aparente reclusión en los últimos años. La relación de Flores con el narcotráfico, a través de sus familiares sancionados por Estados Unidos, subraya las complejidades de su figura en el entramado político. Por su parte, Diosdado Cabello ha sido visto como el número dos del chavismo desde que Chávez lo designó a su lado en un momento crucial. Aunque su ideología ha sido objeto de debate, su capacidad para navegar el complejo paisaje político de Venezuela lo ha mantenido como un jugador importante en la escena política. Sus vínculos con la militarización del gobierno y su papel en la Asamblea Nacional Constituyente de 2017 son testigos de su influencia y poder dentro del PSUV. El general Vladimir Padrino López, actual ministro de Defensa, también ha sido fundamental en la estabilidad del régimen. A diferencia de sus predecesores, que solían rotar en el cargo, Padrino ha permanecido en la defensa durante casi una década. Su habilidad para mantener un equilibrio entre diversas facciones dentro de la Fuerza Armada ha sido crucial, propiciando un entorno en el que los militares se han integrado cada vez más en el gobierno. Esto ha llevado a que el aparato militar se vea envuelto en actividades económicas, lo que ha generado tanto críticas como alabanzas en el marco de la política nacional. Los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez son otros actores clave en este círculo de poder. Jorge, con un trasfondo político que data de sus días como rector del Consejo Nacional Electoral, ha sido un arquitecto en la estrategia electoral del chavismo. Su hermana Delcy, actual vicepresidenta, ha escalado posiciones en el gabinete, acumulando una serie de roles que abarcan desde la comunicación hasta el petróleo. Ambos han sido figuras centrales en las negociaciones con la oposición y en las relaciones del gobierno de Maduro con actores internacionales. La reelección de Maduro se ha visto marcada por la controversia, especialmente tras las elecciones de julio de 2023, cuyas irregularidades han suscitado dudas sobre la legitimidad del proceso. La falta de transparencia en la divulgación de resultados ha alimentado un clima de desconfianza tanto en el país como en el exterior. Como respuesta, el círculo de poder se ha apretado, defendiendo la narrativa de una revolución en peligro ante las amenazas externas. Sin embargo, las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a varios miembros del gobierno, incluidos los mencionados, reflejan un creciente aislamiento internacional. Estas medidas, que los funcionarios han calificado como extorsiones, no solo afectan sus finanzas personales, sino que también debilitando la imagen del régimen en un contexto global. La defensa de sus acciones se ha vuelto un tema recurrente, con figuras como Delcy Rodríguez denunciando tales sanciones como ataques directos a la soberanía venezolana. A medida que la crisis humanitaria y económica en Venezuela se profundiza, el círculo de poder alrededor de Maduro enfrenta presiones tanto internas como externas. La lealtad de sus miembros se pone a prueba en un contexto donde la legitimidad del gobierno es cuestionada y la población sufre las consecuencias de políticas que han llevado al país a un estado de deterioro sin precedentes. La capacidad de este grupo para mantenerse unido y responder a los desafíos será crucial para la supervivencia del régimen. En este panorama, la política venezolana se convierte en un juego de sombras donde las lealtades son clave, pero la desconfianza y la ambición personal pueden surgir en cualquier momento. La figura de Maduro, a pesar de haber sido elegido en un contexto de incertidumbre, se sostiene gracias a un entramado complejo de relaciones y de alianzas que, aunque cohesivas, no están exentas de tensiones y rivalidades. El futuro de Venezuela, marcado por esta lucha interna por el poder, sigue siendo incierto, y el desenlace podría cambiar el rumbo del país de manera irreversible.

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