Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el contexto actual, caracterizado por un aumento notable en la frecuencia e intensidad de fenómenos naturales, la Ingeniería Civil enfrenta desafíos sin precedentes en la construcción y mantenimiento de infraestructuras. Eduardo Ismael Hernández, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), ha enfatizado la imperante necesidad de formar especialistas en esta área que sean capaces de mitigar riesgos asociados a desastres naturales. El nuevo programa de posgrado en Ingeniería de Riesgos de las Construcciones que la Upaep ha puesto en marcha se presenta como una respuesta directa a estas exigencias. Este curso está diseñado para preparar a ingenieros en el desarrollo de infraestructuras que no solo sean seguras, sino también resilientes ante eventos climáticos extremos. Según Ismael Hernández, "los ingenieros civiles tenemos una labor fundamental en la construcción de infraestructura que sea segura y resiliente", lo que subraya la importancia de este enfoque educativo en la actualidad. La geografía de México lo convierte en un país vulnerable a diversas amenazas naturales, desde terremotos hasta huracanes. De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional, el país experimenta un promedio de 20 mil sismos anuales; esto equivale a un temblor cada 17 minutos. Aunque muchos de estos sismos son de baja magnitud y no se sienten, la posibilidad de que un movimiento significativo ocurra en cualquier momento es una realidad que los ingenieros deben tener en cuenta al diseñar sus proyectos. El reciente colapso de dos anuncios espectaculares en Puebla, a raíz de fuertes vientos, sirve como un recordatorio vívido y alarmante de la importancia de construir de manera segura. Ismael Hernández no escatima en palabras al afirmar que "no podemos echar la culpa a los fenómenos naturales, debemos prevenir estos incidentes con una ingeniería adecuada". Este tipo de incidentes resalta la urgencia de implementar estándares más estrictos en la construcción para evitar daños y pérdidas humanas. Además de los sismos, México ha sido testigo de huracanes devastadores, como lo fue el huracán Otis en 2023, que causó estragos significativos en Acapulco. Estos fenómenos meteorológicos, cada vez más intensos y frecuentes debido al cambio climático, imponen una serie de nuevos retos a los ingenieros, quienes deben estar preparados para adaptarse a condiciones extremas que antes eran consideradas excepcionales. La capacitación constante de los ingenieros es crucial, sostiene Ismael Hernández. "La capacitación de futuros ingenieros es clave para evitar colapsos y minimizar los daños ante desastres", dijo, subrayando que la educación en este campo debe evolucionar para abarcar no solo los principios de ingeniería tradicionales, sino también la comprensión y aplicación de estrategias para enfrentar el cambio climático y sus efectos adversos. Desde una perspectiva económica, los costos de los desastres naturales pueden ser astronómicos. Por ejemplo, el terremoto en Chile en 2010 representó un costo equivalente al 15 por ciento del PIB de la nación. Esto no solo resalta la importancia de una infraestructura resiliente, sino que también plantea preguntas serias sobre la sostenibilidad económica de las ciudades y regiones que no están preparadas para enfrentar tales eventualidades. El profesor también señaló que la infraestructura urbana, incluyendo sistemas de drenaje, requiere urgentemente mejoras. En ciudades como Puebla, eventos recientes de lluvias intensas han superado la capacidad de estos sistemas, lo que provoca inundaciones y otros problemas asociados. "El cambio climático ya es una realidad, y debemos adaptarnos a estos eventos que ya no serán atípicos", concluyó, enfatizando que la ingeniería tiene un papel vital en la creación de un entorno urbano más seguro y eficiente. En conclusión, la necesidad de una nueva generación de ingenieros capacitados y adaptados a la realidad de los fenómenos naturales nunca ha sido tan urgente. La Upaep y otros centros educativos están tomando medidas concretas para preparar a los profesionales del mañana, quienes, a través de un enfoque integral, contribuirán a la creación de infraestructuras que resistan la prueba del tiempo y los desafíos climáticos del futuro.