Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente recuerdo del devastador terremoto de magnitud 8.2 que sacudió Oaxaca hace siete años resuena en la memoria de muchos veracruzanos y mexicanos. Este tipo de catástrofes naturales, que pueden surgir en cualquier momento, demandan una preparación constante y unas pautas claras de actuación. En este contexto, el director de Protección Civil municipal de Veracruz, Alfonso García Cardona, ha compartido una serie de recomendaciones que pueden ser vitales en caso de un sismo. García Cardona subrayó la importancia de participar en los simulacros de evacuación que se realizan en edificios, oficinas y dependencias gubernamentales. Estos ejercicios no solo sirven para familiarizar a la población con las rutas de escape, sino que también permiten a los ciudadanos adquirir la confianza necesaria para actuar con celeridad y eficacia cuando un temblor real se presente. “La preparación es clave; un sismo puede ocurrir en cualquier momento y sin previo aviso”, enfatizó. Uno de los aspectos cruciales a tener en cuenta es el lugar más seguro durante un sismo, que varía dependiendo de la estructura de cada vivienda y del entorno en el que uno se encuentre. García Cardona aconsejó que, en un edificio, las áreas más seguras son los muros de carga y los pilares que sostienen la estructura. Esto contrasta con las escaleras y los elevadores, que son opciones de evacuación peligrosas en medio de un temblor, ya que pueden colapsar o malfuncionar. La clave para sobrevivir a un sismo, agregó el director de Protección Civil, radica en buscar lo que se denomina “el triángulo de la vida”. Este concepto implica resguardarse en un lugar estratégico, como debajo de una mesa o junto a un mueble robusto, que pueda protegernos en caso de que una losa se derrumbe. La idea es encontrar un rincón donde uno pueda mantenerse a salvo, el cual ha demostrado ser efectivo en situaciones de emergencia. En espacios abiertos, es vital que las personas busquen áreas despejadas y elevadas en la vía pública. Garcia Cardona recomendó evitar quedar atrapado cerca de postes, árboles o edificios que puedan derrumbarse durante un sismo. Aquellos que se encuentren al volante deben tener la precaución de detenerse en un lugar seguro, lejos de estructuras que representen un riesgo, y permanecer dentro del vehículo hasta que la sacudida cese. El director de Protección Civil también hizo hincapié en la importancia de las construcciones adecuadas en las zonas sísmicas. “Cuando se trata de edificar, es fundamental conocer el tipo de suelo y respetar las normas constructivas específicas de cada área”, afirmó. Esto no solo garantiza la seguridad de los habitantes, sino que también contribuye a un desarrollo urbano más resiliente ante los embates de la naturaleza. A medida que se acercan las fechas de los simulacros nacionales, es fundamental recordar que la prevención y la educación son herramientas poderosas en la mitigación de riesgos. La comunidad veracruzana debe reconocer la relevancia de estas prácticas, no solo como un deber cívico, sino también como una responsabilidad personal hacia la propia seguridad y la de los seres queridos. Sin embargo, no solo las acciones individuales y comunitarias importan; también el apoyo financiero es crucial para garantizar que las edificaciones sean seguras en zonas propensas a sismos. Un reciente estudio reveló que el 80% de los mexicanos enfrenta problemas para pagar sus deudas, y un 10% está sobreendeudado. Esta situación económica podría limitar la capacidad de muchas familias para realizar mejoras en sus hogares, lo que aumenta su vulnerabilidad ante desastres naturales. El desafío es, por tanto, doble. Se requiere una acción colectiva que no solo involucre a los ciudadanos en la preparación y educación sobre sismos, sino que también demande políticas públicas que faciliten el acceso a financiamiento y recursos para la construcción segura. Solo así, la comunidad podrá estar verdaderamente preparada para enfrentar los riesgos que representan los terremotos en Veracruz y en el resto del país. En conclusión, ante la incertidumbre de los fenómenos naturales, la preparación y la información son las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance. La participación activa en simulacros, la correcta identificación de refugios y la construcción responsable son pasos fundamentales para asegurar un entorno más seguro ante la inminente amenaza sísmica.