Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El incendio forestal que afectó al municipio de Crecente, en la provincia de Pontevedra, ha sido controlado tras devastar aproximadamente 300 hectáreas de terreno. La Consellería do Medio Rural de la Xunta de Galicia confirmó que el fuego, que se inició la noche del miércoles, fue declarado controlado a las 18:30 horas del viernes. Este siniestro se ha visto marcado por la confirmación de que se trató de un incendio provocado, según la investigación de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales (UIFO). Las cifras de recursos movilizados para combatir este incendio son significativas. Un total de cinco técnicos, 40 agentes, 71 brigadas y una flota compuesta por 44 motobombas, seis palas, nueve helicópteros y cinco aviones fueron desplegados para hacer frente a las llamas. La rápida respuesta de los efectivos ha sido clave para evitar que el fuego se propagara aún más y causara mayores daños a la flora y fauna de la región. Pero Crecente no fue el único municipio afectado en estos días. En el municipio ourensano de Entrimo, un incendio declarado también fue controlado, después de que arrasara alrededor de 200 hectáreas en el Parque Natural Baixa Limia - Serra do Xurés. Este fuego se inició en Portugal antes de cruzar la frontera hacia Galicia, lo que complicó las tareas de extinción. En este caso, la Xunta movilizó seis técnicos, 33 agentes, 63 brigadas, 23 motobombas, cuatro palas, diez helicópteros y once aviones. El fuego en Entrimo, que comenzó el martes, fue un aviso de que el peligro de incendios forestales no se ha mitigado a pesar de los esfuerzos de las autoridades. En este contexto, la colaboración entre Galicia y Portugal se vuelve esencial, ya que los incendios no conocen fronteras y requieren un esfuerzo conjunto para su control. Por otro lado, el incendio en Oímbra fue extinguido tras afectar a casi 27 hectáreas. Este fuego se convirtió en una amenaza para una granja que contenía depósitos de combustible, lo que generó una respuesta inmediata de los equipos de extinción. La alcaldesa, Ana Villarino, informó que tanto la instalación como las viviendas cercanas no sufrieron daños gracias a la rápida actuación de los efectivos. En este caso, la Xunta destacó el trabajo de ocho agentes, 18 brigadas, 13 motobombas y dos palas, quienes lograron contener el fuego y proteger las propiedades de los ciudadanos. El hecho de que ambos incendios en Crecente y Entrimo se hayan originado en un corto espacio de tiempo ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la vigilancia y prevención en periodos de alto riesgo de incendio. La intencionalidad del fuego en Crecente genera una profunda preocupación, ya que sugiere un patrón de comportamiento que podría repetirse si no se toman las medidas adecuadas. Las autoridades gallegas han reiterado la importancia de que la ciudadanía colabore en la prevención de incendios, denunciando cualquier actividad sospechosa que pueda dar lugar a este tipo de siniestros. La educación sobre el manejo del fuego y la protección del medio ambiente son fundamentales para garantizar la seguridad de las zonas forestales. En este contexto, la comunidad se enfrenta a un reto importante: la preservación de su entorno natural y la protección de sus habitantes frente al riesgo de incendios. La colaboración entre las distintas instituciones y los ciudadanos es crucial para lograr un manejo sostenible de los recursos forestales y minimizar el impacto de las llamas. El control de estos incendios es un alivio para los habitantes de las zonas afectadas, pero también un recordatorio de que la lucha contra el fuego en la temporada estival es un desafío constante. Las autoridades continuarán trabajando para mejorar los protocolos de extinción y prevención, con el objetivo de salvaguardar la riqueza natural de Galicia y la seguridad de sus pobladores.