De negociador del Brexit a primer ministro de Francia: el audaz giro político de Michel Barnier.

La trayectoria política de Michel Barnier ha experimentado una transformación notable, pasando de ser la cara de las negociaciones del Brexit a postularse para la presidencia del Gobierno francés. Una vez considerado meramente como un tecnócrata experimentado a cargo de los asuntos de la UE, las recientes incursiones de Barnier en la política nacional revelan a un hombre ansioso por redefinir su persona pública y sus ambiciones. La primera incursión de Barnier en la política de alto perfil se produjo en 2014 con su intento de asegurar la presidencia de la Comisión Europea, una campaña que finalmente no tuvo éxito en favor de Jean-Claude Juncker. Sin embargo, su carrera dio un giro crucial tras la histórica decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea en junio de 2016. Poco después del referéndum, Juncker nombró a Barnier como el negociador principal del acuerdo del Brexit, una decisión que sorprendió a muchos en Francia, que lo habían visto durante mucho tiempo como algo limitado en su alcance. A pesar de estas percepciones, la reputación de Barnier en el escenario europeo creció a medida que se enfrentaba a la ardua tarea de desenterrar al Reino Unido de la UE con un claro sentido de diligencia y profesionalismo. Su enfoque metódico, combinado con un comportamiento imperturbable, se volvió fundamental durante las tumultuosas negociaciones. La capacidad de Barnier para navegar a través de los cambiantes paisajes políticos británicos y mantener la unidad entre los 27 estados miembros de la UE mostró su agudeza política. Se convirtió en una figura familiar en las pantallas de toda Europa, encarnando la determinación de la UE en lo que él describió como un "divorcio costoso y doloroso". El 24 de diciembre de 2020, Barnier anunció el tan esperado acuerdo comercial post-Brexit, un momento impregnado de la gravedad de unas negociaciones que él había comparado con la conquista de una montaña. Sin embargo, para Barnier, este pico era solo el comienzo de una nueva ascensión. En el verano de 2021, orientó sus ambiciones hacia la política nacional, lanzando su candidatura para la nominación del partido conservador en las elecciones presidenciales de 2022. Esto marcó una ruptura con su antigua imagen de burócrata de la UE, ya que comenzó a criticar el liderazgo del presidente Emmanuel Macron, acusándolo de arrogancia y pidiendo políticas de inmigración más estrictas en Francia. Este cambio en la retórica, que incluía abogar por el derecho de Francia a desatender ciertos fallos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha suscitado discusiones entre los analistas políticos. Algunos interpretan el recién encontrado populismo de Barnier como un movimiento estratégico para resonar con un electorado en cambio, mientras que otros cuestionan si esto refleja un cambio ideológico genuino o simplemente un rebranding táctico. A medida que Barnier continúa navegando por este nuevo paisaje político, la trayectoria de su carrera invita a un examen minucioso. Su viaje desde la mesa de negociaciones del Brexit hasta los pasillos del poder francés encapsula la naturaleza en evolución de la política europea, donde los roles tradicionales son cada vez más fluidos y los líderes deben adaptarse a las mareas cambiantes del sentimiento público. Las apuestas son altas, ya que Barnier busca no solo redefinir su legado, sino también potencialmente dirigir la dirección de Francia en una Europa post-Brexit.