Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El aeropuerto internacional Mariscal Sucre, ubicado en Tababela, Quito, ha activado su plan de contingencia ante la creciente amenaza de incendios forestales en la región. Aunque las operaciones en la terminal aérea se llevan a cabo con normalidad gracias a las condiciones climáticas favorables y la visibilidad adecuada, las autoridades están preparadas para cualquier eventualidad que pudiera surgir. Los recientes incendios han afectado áreas significativas en la capital, según informó Pabel Muñoz, alcalde de Quito. Los focos de incendio se han detectado en Itulcachi, Nayón y Chilibulo, con el más preocupante de todos, el de Itulcachi, que ha llegado a extenderse hasta Tumbaco a través de las laderas del río Chiche. En total, más de 15.000 hectáreas han sido consumidas por las llamas en un período de apenas dos semanas, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud pública y la seguridad en el área. Luis Galárraga, gerente de comunicación de Corporación Quiport, que opera el aeropuerto, subrayó que el plan de emergencia contempla una variedad de escenarios, abarcando desde accidentes de aviación hasta desastres naturales. Este tipo de planificación es esencial para garantizar la seguridad y el funcionamiento fluido de la terminal, especialmente en situaciones impredecibles como la que se está viviendo actualmente. Uno de los aspectos más estratégicos del plan de contingencia es la posibilidad de lidiar con la presencia de ceniza en el aire, un fenómeno que normalmente se asocia con erupciones volcánicas. Sin embargo, en este contexto de incendios forestales, la amenaza de material particulado también es una preocupación válida. Galárraga indicó que, en caso de que la calidad del aire se vea comprometida, se tomarían medidas adicionales para salvaguardar tanto a los pasajeros como a la tripulación. El gerente también destacó que, en situaciones de emergencia, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) jugaría un papel fundamental en la gestión del espacio aéreo. Esta entidad tiene la responsabilidad de monitorizar las condiciones meteorológicas y establecer rutas alternativas de vuelo, lo cual es vital para asegurar la continuidad de las operaciones. En caso de que la situación lo requiera, la DGAC podría optar por cambiar la dirección de las operaciones en el aeropuerto, alternando entre un patrón de vuelo de norte a sur o viceversa. Galárraga observó que este tipo de desviaciones ya se han considerado en el pasado, particularmente durante episodios de erupciones volcánicas donde la presencia de ceniza en el aire se vuelve crítica. A pesar de que, por el momento, los incendios forestales no han causado un impacto directo en las operaciones aéreas, sí se han reportado efectos adversos en la salud pública. La presencia de humo en el aire puede provocar complicaciones respiratorias en la población local, lo que subraya la importancia de la coordinación entre las entidades de salud y las autoridades aeronáuticas. Los incendios en Quito han llevado a la evacuación de personas y han afectado negativamente al sector productivo. La seguridad de los ciudadanos y la integridad de los servicios son prioridades que deben ser manejadas con eficacia en este período tan crítico. Las autoridades locales están trabajando a toda máquina para controlar los incendios y mitigar sus efectos. El aeropuerto Mariscal Sucre, siendo una de las principales puertas de entrada y salida de Quito, está consciente de su papel crucial en el contexto de crisis actual. La adecuada implementación del plan de contingencia se convertirá en un elemento clave para garantizar que el aeropuerto siga operando de manera eficiente, mientras se prioriza la seguridad de todos los involucrados. A medida que avanza la temporada de incendios, es imperativo que tanto las autoridades como los ciudadanos mantengan la vigilancia y se mantengan informados sobre la situación. La colaboración entre diferentes organismos y la preparación ante eventuales emergencias son esenciales para enfrentar los desafíos que presentan los incendios forestales en la capital ecuatoriana.