Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La mañana y tarde del 4 de septiembre, Quito se vio sacudido por una serie de incendios forestales que han puesto en alerta a las autoridades y a la población en general. Las llamas han afectado diversas zonas de montaña, amenazando la vegetación y la fauna local, así como la seguridad de los habitantes cercanos a las áreas afectadas. Ante esta situación alarmante, el Municipio de Quito ha declarado una emergencia y ha instado tanto al sector público como al privado a adoptar medidas preventivas, como el teletrabajo. El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, realizó un pronunciamiento en la noche del mismo día, en el que adelantó la necesidad de preparar a la ciudad para lo que podría ser una jornada complicada al día siguiente. Muñoz destacó que cerca de 500 servidores públicos, incluyendo personal de bomberos, militares y policías, se encuentran trabajando arduamente en el combate de los incendios en al menos cinco puntos críticos. Esta gran movilización es un testimonio del compromiso de las autoridades locales para mitigar los efectos de la emergencia. En su mensaje, el alcalde hizo un llamado a las instituciones y empresas para que consideren la posibilidad de permitir a sus empleados trabajar desde casa, una medida que busca proteger la salud y seguridad de los trabajadores que podrían verse afectados por la difícil situación. "Quiero hacer un exhorto, porque en este momento no tenemos esa base jurídica, sino hacer un exhorto para los trabajos en la vía privada y en la vía pública", comentó Muñoz, subrayando la necesidad de comprensión por parte de los empleadores ante las dificultades que enfrentan sus empleados. Además de la recomendación de teletrabajo, Muñoz también instó a quienes deban movilizarse a hacerlo con precaución. "Salgan temprano", pidió el alcalde, aludiendo a posibles congestiones y complicaciones en el tránsito debido a la emergencia. Para mitigar estos problemas, el Municipio ha diseñado un dispositivo de seguridad de tránsito que incluirá la participación activa de agentes municipales encargados de guiar a los conductores. El alcalde enfatizó que la curiosidad de quienes se detienen a observar los incidentes puede entorpecer las labores de los equipos de emergencia. "La figura del curioso que se para a ver qué está pasando, ayuda muy poco. Así que trasládese a baja velocidad, a un flujo constante," instó, recordando la importancia de colaborar con las autoridades en momentos de crisis. La situación actual no solo pone en riesgo la salud y seguridad de los ciudadanos, sino que también afecta el entorno natural de Quito. Los incendios forestales son un fenómeno que, lamentablemente, se ha vuelto recurrente en la región, y su control requiere esfuerzos conjuntos y coordinados entre distintas entidades, así como un compromiso por parte de la población de no contribuir a la problemática. A medida que los bomberos y otros cuerpos de seguridad luchan contra las llamas, la comunidad queda en un estado de espera y preocupación. Las noticias sobre la evolución de los incendios y su impacto en el medio ambiente y la salud pública serán claves en los próximos días. Es fundamental que todos los sectores de la sociedad tomen conciencia sobre la situación y busquen la manera de colaborar para mitigar los efectos devastadores de los incendios. Las autoridades han instado a la comunidad a estar alerta y a seguir las recomendaciones de seguridad, así como a reportar cualquier actividad sospechosa que pudiera contribuir a la ignición de incendios. La responsabilidad colectiva es esencial para prevenir que eventos de este tipo sigan poniendo en jaque a la ciudad y su entorno. En este contexto, es crucial que la ciudadanía mantenga la calma y actúe de manera responsable. La colaboración entre el sector público, privado y la comunidad en general es vital para superar esta crisis y trabajar en la reconstrucción de lo que se haya perdido. La esperanza es que, a través de la prevención y la educación, se logre reducir el riesgo de futuros incendios en la zona.