Fuerte sismo en el Pacífico reaviva la conciencia sobre riesgos en Colombia

Fuerte sismo en el Pacífico reaviva la conciencia sobre riesgos en Colombia

Un sismo de magnitud 4.5 frente a Colombia reaviva la importancia de la preparación y educación ante la actividad sísmica en el país.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

En la madrugada del 5 de septiembre, un fuerte sismo de magnitud 4.5 sacudió el Océano Pacífico frente a las costas de Colombia, generando preocupación entre la población. El Servicio Geológico Colombiano, encargado de monitorear y reportar la actividad sísmica en el país, informó que el evento ocurrió a una profundidad superficial, lo que incrementó su percepción en las comunidades cercanas. Este hecho reaviva el interés y la importancia de estar informados sobre la actividad sísmica en una nación que históricamente ha enfrentado estos fenómenos naturales. Colombia es un país sísmicamente activo debido a la interacción de varias placas tectónicas: Nazca, Sudamérica y el Caribe. La compleja dinámica geológica del país hace que se originen sismos en gran parte de su territorio. Según datos del Servicio Geológico Colombiano, se estima que en promedio ocurren alrededor de 2.500 sismos al mes, lo que se traduce en aproximadamente 80 temblores diarios. Sin embargo, la mayoría de estos eventos son de baja magnitud y no son perceptibles para la población. La ubicación del epicentro en el océano resalta la naturaleza impredecible de los sismos. Aunque muchos de ellos no generan daños significativos, es crucial que la población esté preparada y conozca los riesgos asociados a la actividad sísmica. El Servicio Geológico Colombiano ha enfatizado la importancia de que los ciudadanos comprendan qué hacer en caso de un temblor y mantengan la calma ante estas situaciones, siguiendo las indicaciones de seguridad propuestas. Cabe destacar que, en la actualidad, la percepción de un aumento en la frecuencia de los sismos se debe a una mayor conciencia sobre la actividad sísmica, facilitada por avances tecnológicos y el acceso a información en tiempo real. Esto ha permitido que más personas reporten sus experiencias a través de plataformas como Sismos Sentido, donde los ciudadanos pueden informar sobre los temblores que han sentido. Esta recolección de datos es vital para las autoridades, pues les ayuda a evaluar rápidamente los efectos de un sismo y a coordinar la respuesta ante posibles emergencias. Cuando se reporta un sismo, el Servicio Geológico Colombiano se apoya en la información proporcionada por los ciudadanos para determinar la magnitud del evento y su impacto en las comunidades. La intensidad de un sismo puede variar dependiendo de factores como la distancia al epicentro, la profundidad del mismo y la magnitud. Por ello, el reporte ciudadano es fundamental para construir un panorama más preciso sobre la actividad sísmica. Los sismos se producen por la liberación de energía acumulada en la corteza terrestre debido a diversos factores, como el movimiento de las placas tectónicas, la actividad volcánica y algunas intervenciones humanas, como la extracción de recursos o la inyección de fluidos en el subsuelo. Esta liberación de energía se manifiesta en forma de ondas sísmicas que, al llegar a la superficie, pueden causar movimiento y, en casos de alta magnitud, provocar daños. Tradicionalmente, se ha utilizado la escala de Richter para medir la magnitud de los sismos, pero en la actualidad se prefiere la escala de magnitud de momento, que ofrece una evaluación más precisa. La medición de la magnitud y la profundidad de un sismo se realiza a través de una red de estaciones sismológicas que registran los movimientos del terreno, permitiendo a los expertos calcular la energía liberada y localizar el epicentro del evento. En caso de un temblor, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) ha publicado una serie de recomendaciones que son fundamentales para garantizar la seguridad de la población. Estas incluyen mantener la calma, buscar un lugar seguro, evitar el uso de ascensores y estar atentos a las indicaciones de las autoridades. La preparación y la educación son claves para mitigar los riesgos asociados a la actividad sísmica. En conclusión, el sismo del 5 de septiembre es un recordatorio de la realidad geológica de Colombia y la necesidad de estar alertas y preparados. La información y la educación son herramientas poderosas para enfrentar estos fenómenos naturales y minimizar sus efectos en la vida cotidiana de los colombianos. La colaboración entre la ciudadanía y las instituciones es esencial para construir un país más resiliente ante la actividad sísmica.

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