Oaxaca inicia ambicioso programa de reforestación tras devastadores incendios

La devastación causada por los incendios forestales en Oaxaca ha dejado una huella profunda en el ecosistema del estado, con 144 mil 480 hectáreas afectadas, lo que lo sitúa en el tercer lugar a nivel nacional en términos de daños. Sin embargo, ante esta adversidad, el gobierno de Oaxaca ha tomado la iniciativa de implementar un ambicioso programa de reforestación denominado Reforesta Oaxaca. Este plan contempla la reforestación de 11 mil 500 hectáreas, según lo dio a conocer la titular de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), Magdalena Coello Castillo. El gobernador Salomón Jara Cruz subrayó la importancia de esta iniciativa, recordando también los 18 millones 98 mil 556 pesos que el Coesfo tuvo que pagar al programa Sembrando Vida por la improductividad de plantas en el ejercicio fiscal 2022, durante la administración anterior. Esta situación evidencia la necesidad de un cambio en la estrategia de manejo forestal y reforestación en el estado, donde la falta de acción y recursos ha dejado una carga significativa sobre el presente gobierno. Los esfuerzos de reforestación ya están en marcha en los municipios más afectados. La reforestación se está llevando a cabo con plantas nativas, maderables y tropicales, con el objetivo de restaurar la biodiversidad y permitir que los ecosistemas se recuperen. Agradeciendo la colaboración de las comunidades locales, Jara Cruz destacó la solidaridad y apoyo que han mostrado durante las jornadas de reforestación, como los mega tequios, que han fomentado un sentido de hermandad en la lucha por cuidar el entorno. Este fin de semana, la comunidad de Atzompa será la sede de una nueva jornada de reforestación, lo que demuestra el compromiso continuo del gobierno del estado con la restauración de los bosques. Jara Cruz aseguró que, a partir de 2025, se incrementará el presupuesto destinado a la reforestación, lo que permitirá establecer más viveros y mejorar la producción de plantas, así como aumentar el número de brigadistas para el combate a incendios. Coello Castillo también presentó cifras alentadoras, indicando que hasta agosto se han entregado 9 millones 410 mil 761 plantas, trabajando en la reforestación y restauración de 9 mil 410.73 hectáreas. Resaltó que el corredor chocholteca, reconocido a nivel Latinoamérica por su manejo sustentable del suelo, ha sido uno de los focos de atención en los esfuerzos de restauración forestal. Los esfuerzos de reforestación se han llevado a cabo en diversas regiones del estado, con la Sierra de Flores Magón con 809.48 hectáreas reforestadas, la Costa con 716.46 hectáreas y el Istmo con 1 mil 307.93 hectáreas, entre otras áreas. Hasta el momento, se han implementado acciones en 438 municipios, lo que refleja un potente compromiso por parte del gobierno estatal y la sociedad. Para el próximo año, la inversión será aún más robusta, con un total de 102 millones 439 mil 303 pesos destinados a la colecta de germoplasma y a la producción de plantas en 26 viveros, abarcando 80 especies diferentes. Además, en 2023 se destinaron 82 millones 858 mil 424 pesos a la rehabilitación de 19 viveros existentes, lo que promete un impacto positivo en la producción de plantas y en los esfuerzos de reforestación. Este camino hacia la restauración forestal en Oaxaca no solo busca mitigar el daño causado por los incendios, sino también establecer una base sólida para la sostenibilidad ambiental a largo plazo. La participación de las comunidades, así como el compromiso financiero y estratégico del gobierno, son claves para garantizar que estos esfuerzos no solo sean temporales, sino que se consoliden como parte de una política ambiental integral que proteja y restaure los recursos naturales de la región. Sin embargo, la tarea es monumental y requiere no solo de atención inmediata, sino de un compromiso continuo que trascienda administraciones y se convierta en una prioridad para todos los niveles de gobierno y la ciudadanía. La restauración de los bosques de Oaxaca es una responsabilidad compartida que, si se aborda adecuadamente, podría transformar no solo el paisaje, sino también la calidad de vida de las comunidades que dependen de estos recursos naturales.