Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El Tribunal de Cuentas Europeo ha lanzado una alerta sobre la preparación de la UE para afrontar futuras crisis de salud, revelando que importantes deficiencias de la pandemia de Covid-19 siguen sin abordarse. En un informe publicado el miércoles, los auditores enfatizaron que, a pesar de contar con un plan integral de emergencia sanitaria antes del brote, la UE enfrenta desafíos críticos que podrían obstaculizar su respuesta a futuras emergencias. João Leão, un miembro del ECA responsable de la auditoría, subrayó la importancia de aplicar las lecciones aprendidas de la crisis de Covid-19 para evitar la repetición de errores pasados. El informe destacó cómo la falta de coordinación entre los estados miembros en cuanto a la recolección de datos y pruebas obstaculizó la respuesta inicial de la UE a la pandemia. Este enfoque desarticulado significó que la información vital a menudo era inconsistente, lo que llevó a retrasos en acciones efectivas. La auditoría señaló que el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) inicialmente subestimó la gravedad de la situación de Covid-19, reconociendo solo tres días después de que Italia implementara su confinamiento nacional la necesidad de medidas urgentes. Agravando el problema, se reportó una escasez de personal en las agencias de salud de la UE, lo que limitó su capacidad para responder rápidamente a la crisis. La Comisionada de Salud, Stella Kyriakides, reconoció los desafíos continuos que plantea la falta de profesionales médicos en varios estados miembros. Destacó una nueva iniciativa de 1.3 millones de euros destinada a impulsar el reclutamiento de personal de enfermería, lo que subraya los persistentes problemas de personal que se agravaron durante la pandemia. El informe también planteó preocupaciones sobre el complejo marco organizativo de salud de la UE, sugiriendo que la creación de la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias en 2021 podría haber resultado en roles superpuestos con agencias existentes. La Comisión Europea ha respondido reconociendo la necesidad de aclarar estos roles para mejorar la eficiencia general en las respuestas de emergencia. Además, el informe señaló que las diferentes metodologías empleadas por los gobiernos nacionales en la recolección de datos sobre Covid llevaron a depender de información de baja calidad. Esta inconsistencia no solo dificultó la evaluación del verdadero impacto de la pandemia en toda la UE, sino que también destacó la necesidad de que el ECDC desarrolle un robusto sistema de vigilancia europeo para 2026. Tal sistema facilitaría la recolección de datos comparables sobre enfermedades infecciosas en todo el bloque. Las tensiones en torno a la distribución de vacunas durante las primeras etapas de la pandemia también fueron objeto de escrutinio. Si bien la UE enfrentó críticas por la limitada disponibilidad de vacunas contra el Covid, el informe reconoció que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) avanzó en la agilización de las autorizaciones de vacunas, lo que, en última instancia, mitigó los efectos de la pandemia. La auditoría pone de manifiesto otros desafíos en el marco de salud de la UE, particularmente en la realización de ensayos clínicos conjuntos, que han visto una disminución en la participación de Europa en ensayos clínicos globales, pasando del 25.6 por ciento en 2010 al 19.3 por ciento en 2020. Esta caída se atribuye a un aumento de la inversión y el enfoque en la investigación y el desarrollo en EE. UU. y China, lo que genera preocupaciones sobre la competitividad de Europa en innovación médica. A medida que la Organización Mundial de la Salud llama a un esfuerzo global coordinado para garantizar el acceso equitativo a vacunas contra el mpox en África, las recomendaciones urgentes delineadas en la auditoría sirven como un recordatorio crítico para que los estados miembros de la UE mejoren la colaboración y la preparación. Sin reformas sustantivas y un compromiso de aprender de crisis pasadas, la UE corre el riesgo de estar desprepared para los desafíos de salud que se avecinan.