Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A raíz de su debut olímpico en los Juegos de París, la breaker australiana Rachel "Raygun" Gunn ha hablado sobre la intensa crítica que enfrentó tras su actuación. La atleta de 37 años, que no logró ganar ninguna de sus tres batallas de todos contra todos con un contundente marcador combinado de 54-0, expresó su sorpresa ante la abrumadora reacción negativa del público y los medios. El estilo único de Gunn, que incluía movimientos de baile reminiscentes de un canguro, atrajo considerable atención, pero no toda fue favorable. En su primera entrevista tras los Juegos Olímpicos en "The Project", Gunn describió la reacción como "alarmante", atribuyendo gran parte de ella a una falta de comprensión general sobre el breaking como deporte. "La energía y el vitriolo que la gente tenía fueron bastante alarmantes. Fue realmente triste cuánto odio evocó", lamentó, enfatizando que la crítica provenía en gran medida de un desconexión con la cultura del deporte y la diversidad de expresión. La breaker australiana se encontró en el centro de una tormenta en redes sociales, con memes y comentarios duros inundando las plataformas tras sus combates. Esto llevó a un retiro temporal de las redes sociales, una decisión necesaria debido a la creciente ola de negatividad que la hizo sentir incómoda en espacios públicos. "Me puso en un estado de pánico", compartió, reflexionando sobre el costo emocional que la escrutinio tuvo sobre ella. El escrutinio hacia Gunn no se detuvo en su actuación; comenzaron a circular teorías de conspiración sobre su clasificación para los Juegos Olímpicos, culminando en una petición de Change.org que la acusaba de manipular el proceso de clasificación. Esta petición reunió más de 45,000 firmas antes de ser considerada "deshonrosa" por Matt Carroll, CEO del Comité Olímpico Australiano (AOC), quien la denunció como una difusión infundada de desinformación. Gunn se clasificó para los Juegos de París al ganar los Campeonatos de Oceanía QMS en Sídney, un evento de clasificación automática. Aunque era consciente de los desafíos que enfrentaría y la probabilidad de derrota, se mantuvo comprometida a mostrar su estilo único. "Quería sacar algunos movimientos y temas australianos", explicó, señalando su inspiración en la icónica mascota de boxeo de Australia, el canguro BK. Reconociendo la necesidad de mejores recursos en Australia para elevar la competitividad del país en el breaking, Gunn enfatizó que el camino hacia el éxito internacional no es solo su responsabilidad. "No hemos tenido el mejor historial en ganar campeonatos mundiales, así que no creo que eso dependa solo de mí", comentó, indicando una necesidad más amplia de apoyo e inversión en el deporte. A pesar de la dura crítica, Gunn ha optado por centrarse en los aspectos positivos de su experiencia, destacando el aliento que recibió de fanáticos y seguidores. Si bien planea tomarse un descanso de la competición, está decidida a conectarse con aquellos que apreciaron su actuación. "Ha sido honestamente increíble ver la respuesta positiva a mi actuación", dijo, capturando la esencia de su resiliencia y pasión por el breaking. A medida que el deporte continúa creciendo y evolucionando dentro del marco olímpico, la experiencia de Gunn sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrentan los atletas al romper límites y expresar su individualidad en la búsqueda de la excelencia.