La creciente demanda de medicamentos antiobesidad desata una batalla entre start-ups y gigantes farmacéuticos.

A medida que la demanda de medicamentos antiobesidad se dispara, especialmente por tratamientos populares como Wegovy y Zepbound, las startups de salud están aprovechando la oportunidad para beneficiarse de las escaseces que afectan a estos medicamentos. Las empresas de telemedicina, en particular Hims & Hers, están ingresando al mercado con alternativas más económicas a estas inyecciones de marca, atrayendo a clientes que no pueden acceder a los originales o que no están dispuestos a pagar los altos precios asociados a ellos. Hims & Hers, por ejemplo, ofrece una versión compuesta de un tratamiento para la pérdida de peso GLP-1 por 199 dólares al mes, significativamente menos que los 1,349 dólares del Wegovy de Novo Nordisk. Tras el lanzamiento de su versión en mayo, la empresa experimentó un notable aumento del 70% en el precio de sus acciones, lo que demuestra la rentabilidad potencial de entrar en este mercado en auge. El negocio de pérdida de peso de Hims se ha expandido rápidamente; reportó haber añadido 155,000 usuarios y anticipa 100 millones de dólares en ingresos de este segmento solo en este año, contribuyendo a una cifra de ventas esperada de hasta 1.4 mil millones de dólares para la empresa. Sin embargo, la sostenibilidad de esta nueva fuente de ingresos enfrenta escrutinio. Las leyes de EE. UU. restringen la fabricación de medicamentos similares a circunstancias en las que las versiones de marca originales están oficialmente clasificadas como en escasez. Esta restricción representa un riesgo significativo para startups como Hims, ya que gigantes farmacéuticos como Eli Lilly y Novo Nordisk están aumentando la producción para aliviar las escaseces en curso, lo que podría dejar a estas empresas sin un producto rentable una vez que la oferta se estabilice. Eli Lilly, que ha sido proactivo en abordar estas escaseces, introdujo recientemente una versión de menor costo de Zepbound en un formato de vial, con el objetivo de competir directamente con las alternativas compuestas que han ganado popularidad entre los pacientes que carecen de cobertura de seguro para estos tratamientos. Tanto Eli Lilly como Novo Nordisk están invirtiendo fuertemente para mejorar sus cadenas de suministro, y los analistas especulan que la línea de tiempo para resolver estas escaseces sigue siendo incierta. El panorama de los medicamentos para la pérdida de peso se complica aún más por la distinción entre medicamentos compuestos y genéricos. Las versiones compuestas de medicamentos patentados, como las que proporciona Hims, no cuentan con la aprobación de la FDA y generalmente se crean para abordar necesidades específicas de los pacientes o aliviar problemas de suministro. Los críticos argumentan que una vez que se resuelvan las escaseces, la justificación para estas versiones compuestas disminuye significativamente. A pesar de las dudas sobre la longevidad de sus ofertas compuestas, el cofundador de Hims, Andrew Dudum, insiste en que la empresa tiene la intención de seguir vendiendo una versión compuesta de semaglutida incluso después de que se resuelvan los problemas de suministro. Esto requerirá navegar por obstáculos regulatorios y convencer a las autoridades de que están proporcionando medicamentos personalizados, tal vez modificando las dosis o añadiendo otros ingredientes. En contraste, otros actores en el campo están adoptando un enfoque más cauteloso. Michael Botta, cofundador de la aplicación de salud Sesame, expresó su escepticismo sobre la viabilidad de continuar ofreciendo productos compuestos una vez que los medicamentos originales estén disponibles nuevamente, enfatizando la naturaleza patentada de estos medicamentos. A medida que la competencia se intensifica, los dos gigantes farmacéuticos están adoptando una postura firme contra las prácticas de composición ilícitas. Han iniciado acciones legales contra numerosos compuestos y centros de bienestar que comercializan versiones potencialmente peligrosas de sus medicamentos. Los esfuerzos de Eli Lilly para proteger su marca incluyen el envío de cartas de cese y desistimiento a ciertos proveedores de salud, incluidas aplicaciones de salud digital, acusados de producir versiones compuestas de sus medicamentos después de que se levantó su estado oficial de escasez. Cabe destacar que el floreciente mercado de pérdida de peso, que se proyecta generará hasta 130 mil millones de dólares anuales, sigue atrayendo la atención tanto de aplicaciones de salud legítimas como de operadores sin escrúpulos. Los expertos advierten que la presencia de imitaciones inseguras representa graves riesgos para la salud de los consumidores, lo que ha llevado a solicitar una mayor supervisión regulatoria. A medida que se desarrollan los elementos de esta saga, el futuro de las aplicaciones de salud que operan en este espacio depende de su capacidad para adaptarse a los cambiantes paisajes regulatorios y a las dinámicas evolutivas de oferta y demanda de medicamentos para la pérdida de peso. La interacción entre la innovación y el cumplimiento determinará si estas startups pueden prosperar en medio de restricciones cada vez más estrictas y un mayor escrutinio por parte de los incumbentes farmacéuticos establecidos.