Tres microsismos sacuden la CDMX: desafíos del sistema de alerta sísmica

Tres microsismos sacuden la CDMX: desafíos del sistema de alerta sísmica

Tres microsismos sacudieron la CDMX el 2 de septiembre, sin daños reportados, resaltando limitaciones en el sistema de alerta sísmica.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

En la noche del 2 de septiembre, habitantes de distintas colonias de las alcaldías Álvaro Obregón y Benito Juárez en la Ciudad de México sintieron el impacto de tres microsismos que sacudieron la capital. El movimiento más fuerte de estos sismos alcanzó una magnitud de 2.5, con su epicentro ubicado al noreste de la alcaldía que gobierna Lía Limón, en una zona cercana a la falla Plateros-Mixcoac. A las 22:42 horas, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) confirmó el primer evento sísmico, seguido por otro a las 00:42 horas del 3 de septiembre, con un epicentro al sureste de Benito Juárez, que registró una magnitud de 1.9. Un tercer micro sismo se reportó minutos después con una magnitud de 1.4, también en esta misma demarcación. A pesar de la percepción del movimiento telúrico por parte de los habitantes, las autoridades no reportaron daños materiales ni personas heridas. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRyPC) informó a través de su cuenta en la red social X que se mantuvo comunicación con las diferentes unidades de cada alcaldía, poniendo especial atención en las que estaban más cercanas al epicentro. Esta coordinación es parte del protocolo de seguridad y prevención que se implementa en la capital ante cualquier eventualidad sísmica. El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX, conocido como C5, también se sumó a los esfuerzos de monitoreo y comunicación, aclarando que no se activó la alerta sísmica. Esto se debe a que el epicentro de estos sismos se localizó dentro de la propia Ciudad de México, lo que plantea un desafío para el sistema de alerta, que depende de la detección de sismos en zonas periféricas para emitir una alerta anticipada. La falta de activación de la alerta sísmica pone de manifiesto las limitaciones del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, que, según explican expertos, requiere de un tiempo mínimo para evaluar el impacto de un sismo antes de emitir una advertencia. En el caso de movimientos telúricos que ocurren en la misma capital, el tiempo que tardan las ondas sísmicas en llegar a las zonas cercanas es tan breve que no permite que el sistema pueda emitir una señal de alerta efectiva. Esta situación genera preocupación entre los habitantes, quienes pueden sentirse vulnerables ante sismos de menor magnitud que, sin embargo, pueden ser percibidos. Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han señalado que la actividad microsísmica en la capital podría estar relacionada con la extracción de agua realizada para abastecer a la megalópolis. La ciudad obtiene aproximadamente el 56% de su agua de 976 pozos distribuidos en diversas demarcaciones, lo que podría alterar las condiciones geológicas y contribuir a la actividad sísmica en la región. Este contexto resalta la necesidad de un enfoque integral para la gestión del agua y la infraestructura urbana en la capital. Además, el Gobierno de México ha indicado que el Sistema de Alerta Sísmica se basa en datos recogidos por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), que se enfoca en detectar sismos importantes en la Brecha de Guerrero. Este sistema, que ha demostrado ser efectivo para los sismos que se producen fuera de la capital, encuentra limitaciones significativas ante la incesante actividad sísmica local. La reciente serie de microsismos también pone de relieve la importancia de la preparación y la educación sísmica en la población. Aunque los movimientos registrados fueron de baja magnitud, la sensación de inquietud se hace presente en una ciudad que ha vivido en el recuerdo de devastadores sismos históricos. La prevención y el conocimiento son herramientas esenciales para afrontar adecuadamente cualquier eventualidad sísmica. En este contexto, las autoridades locales están llamadas a reforzar sus protocolos de comunicación y prevención, así como a fomentar la cultura de la preparación ante sismos en la población. Es fundamental que los ciudadanos conozcan las medidas a seguir en caso de un sismo y se mantengan informados sobre la actividad sísmica que se presenta en la capital. Finalmente, es un momento propicio para que tanto los ciudadanos como las autoridades reflexionen sobre la necesidad de contar con un sistema de alerta más robusto y eficiente, que no solo sirva para detectar sismos de gran magnitud en el exterior, sino que también pueda ofrecer información útil y oportuna en el caso de movimientos telúricos que ocurren dentro de la ciudad. La vida en la capital, una de las más grandes del mundo, requiere de medidas proactivas que garanticen la seguridad y el bienestar de sus habitantes.

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