Controles de bienestar inadecuados destacan los riesgos en el sistema penitenciario tras la muerte de un recluso.

Controles de bienestar inadecuados destacan los riesgos en el sistema penitenciario tras la muerte de un recluso.

El Sr. Cadman, un prisionero en HMP Lincoln, murió tras un chequeo de bienestar inadecuado. Su muerte resalta serias preocupaciones sobre el cuidado de los internos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 03.09.2024

En un trágico incidente en HMP Lincoln, un prisionero, identificado como el Sr. Cadman, fue encontrado muerto en su celda tras lo que se ha descrito como un chequeo de bienestar inadecuado por parte del personal penitenciario. El Sr. Cadman, quien había sido ingresado en la instalación el 10 de noviembre de 2022, tenía un historial documentado de abuso de sustancias y estaba bajo la supervisión de profesionales de la salud durante su tiempo en custodia. Los detalles en torno a la muerte del Sr. Cadman, que ocurrió el 21 de noviembre de 2022, han sido destacados en un informe reciente del Defensor del Pueblo de Prisiones y Libertad Condicional. La autopsia reveló que el Sr. Cadman murió de enfermedad cardíaca, siendo el uso de cocaína y metadona citados como factores contribuyentes. En la mañana de su muerte, un oficial de prisiones realizó un chequeo de bienestar de rutina alrededor de las 7:50 a.m. El oficial, creyendo que el Sr. Cadman estaba dormido, se comunicó con su compañero de celda en su lugar. Según la declaración del oficial, era común que el Sr. Cadman estuviera dormido durante los chequeos matutinos, lo que llevó a una falta de investigación exhaustiva sobre su estado. El oficial utilizó la luz del televisor para observar la respiración del Sr. Cadman, concluyendo que simplemente estaba durmiendo. Sin embargo, la situación tomó un giro sombrío cuando el compañero de celda del Sr. Cadman intentó despertarlo alrededor de las 8:10 a.m. y descubrió que estaba frío al tacto. Este alarmante descubrimiento llevó al compañero de celda a alertar a un oficial cercano, quien de inmediato llamó a una emergencia médica. Cuando el personal de salud y operativo llegó, encontraron que el Sr. Cadman ya había fallecido, como lo indicaba la presencia de rigor mortis. Las conclusiones del Defensor del Pueblo señalaron que, si bien la atención clínica del Sr. Cadman en prisión era comparable a la que podría haber recibido en la comunidad, el chequeo de bienestar de esa mañana no cumplió con los estándares necesarios. El Defensor del Pueblo, Adrian Usher, enfatizó la importancia de contar con protocolos adecuados durante tales chequeos críticos y expresó su satisfacción por las medidas que el gobernador de la prisión ha tomado desde entonces para mejorar la conciencia del personal y el cumplimiento de sus responsabilidades al respecto. La muerte del Sr. Cadman no solo plantea serias preguntas sobre la adecuación de los chequeos de bienestar en las prisiones, sino que también subraya los desafíos continuos en torno a la atención de los reclusos que luchan con el abuso de sustancias. A medida que el Servicio Penitenciario implementa cambios para abordar estos problemas, sigue siendo vital que los organismos de supervisión continúen monitoreando la situación para garantizar que la salud y seguridad de todos los prisioneros sean priorizadas. La pérdida del Sr. Cadman sirve como un recordatorio contundente de las posibles consecuencias de la negligencia en las instalaciones correccionales.

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