Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un notable cambio en la política exterior, el gobierno del Reino Unido ha articulado una postura más escéptica hacia Israel en respuesta a la situación actual en Gaza. Este cambio marca la tercera vez en dos meses que el nuevo gobierno ha ajustado su enfoque hacia Israel y el conflicto más amplio en Oriente Medio, un giro que se alinea con las opiniones más cautelosas sostenidas por los funcionarios actuales, particularmente desde que David Lammy asumió el cargo de secretario de Relaciones Exteriores a principios de julio. Al asumir su puesto, Lammy solicitó una evaluación integral sobre la legalidad de las acciones militares de Israel, particularmente en el contexto del derecho internacional. Los hallazgos de esta evaluación reflejaron los de investigaciones anteriores realizadas por el gobierno anterior; sin embargo, los ministros actuales han llegado a una conclusión significativamente diferente respecto a las exportaciones militares a Israel. Bajo la legislación vigente del Reino Unido, notablemente la Ley de Control de Exportaciones de 2002 y la Orden de Control de Exportaciones de 2008, existen regulaciones estrictas que rigen la venta de bienes militares. El secretario de Negocios y Comercio, Jonathan Reynolds, enfatizó que, tras una evaluación exhaustiva, el gobierno encontró un "riesgo claro" de que las exportaciones militares a Israel pudieran estar implicadas en graves violaciones del derecho internacional humanitario, particularmente en relación con las operaciones en Gaza. Es importante señalar la magnitud de esta decisión; de aproximadamente 350 exportaciones de armas a Israel, solo se están suspendiendo 30 licencias, lo que representa menos del 10% del total. Además, el papel general del Reino Unido como proveedor militar de Israel es relativamente menor en el gran esquema del comercio internacional de armas. No obstante, las implicaciones de tales cambios de política resuenan profundamente tanto en las esferas políticas internas como internacionales. Se informó que el gobierno israelí fue notificado de esta decisión antes de su anuncio público y ha expresado su decepción por la postura del Reino Unido. Esta reacción subraya el delicado equilibrio que el Reino Unido debe mantener en sus relaciones exteriores, particularmente con un aliado clave en la región. En la oposición, Andrew Mitchell, el secretario de Relaciones Exteriores en la sombra y exsecretario de Relaciones Exteriores adjunto, inicialmente se abstuvo de criticar. Sin embargo, más tarde expresó su preocupación de que las acciones del gobierno parecieran ser un intento de apaciguar a los parlamentarios de base del Partido Laborista mientras se evitaba la alienación de Israel, sugiriendo que este enfoque dual podría resultar finalmente ineficaz. A pesar de la insistencia del gobierno en que sus obligaciones legales requieren la suspensión de estas licencias de exportación, han enmarcado su decisión como una de "profundo pesar". Esta narrativa parece estar destinada a mitigar el posible rechazo tanto del público del Reino Unido como de la comunidad internacional, al tiempo que se adhiere a los estándares legales que rigen las exportaciones de armas. A medida que la situación en Gaza continúa evolucionando, las ramificaciones de este cambio de política probablemente se desarrollarán en el contexto de las tensiones en curso en Oriente Medio. El acto de equilibrio de abordar las preocupaciones humanitarias mientras se mantienen relaciones diplomáticas con Israel presenta un desafío complejo para el gobierno del Reino Unido en el futuro.