Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los incendios forestales continúan causando estragos en el departamento de Santa Cruz, una de las regiones más afectadas de Bolivia. Según el último informe del Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales (Satif), la situación ha alcanzado niveles alarmantes con 50 incendios activos distribuidos en 12 municipios, acumulando un total de 25.207 focos de calor. Esta situación ha llevado a una notable disminución en las operaciones aéreas en los aeródromos de la región, que han reducido su actividad en un 50% debido a la densa humareda. Municipios como Concepción, Ascensión de Guarayos y Urubichá son algunos de los más perjudicados por estos incendios, que han devastado vastas áreas de bosque y han contribuido a la mala calidad del aire en la zona. De acuerdo con el reporte, Concepción lidera la lista con 13 incendios activos, seguido de Ascensión de Guarayos y Urubichá, ambos con 8 incendios cada uno. San Ignacio y San José también enfrentan situaciones críticas, mientras que otros municipios como Puerto Quijarro y Roboré reportan un incendio cada uno. La visibilidad en los aeródromos de la Chiquitania se ha visto severamente afectada, con niveles por debajo de los 5.000 metros en varios de ellos, lo que ha llevado a Jean Andre Touchard, responsable regional de Navegación Aérea de Naabol, a informar que las operaciones han sido suspendidas en varias instalaciones. Solo en el aeropuerto El Trompillo de Santa Cruz se permiten vuelos generales y de aerotaxis, pero la visibilidad sigue siendo limitada, con solo 4.000 metros disponibles. Touchard también enfatizó que los meses de julio y agosto han sido particularmente perjudiciales, con una drástica disminución de operaciones que ha caído a menos del 50% en comparación con meses anteriores. En total, se registran alrededor de 1.000 operaciones aéreas mensuales en los aeródromos de la región, pero la situación actual ha forzado una reducción significativa. En El Trompillo, donde normalmente se realizan entre 300 y 400 operaciones diarias, la cantidad de vuelos ha tenido que ser ajustada debido a las condiciones adversas. La situación no solo afecta a la aviación, sino que también ha repercutido en la salud pública. El Índice de Calidad del Aire en Santa Cruz ha alcanzado un nivel de 120, considerado 'malo', lo que ha llevado a la Secretaría Municipal de Medio Ambiente a emitir recomendaciones sanitarias. Se aconseja a los grupos vulnerables, que incluyen niños menores de cinco años, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias, que eviten actividades prolongadas al aire libre para proteger su salud. Por su parte, la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT) ha intensificado sus esfuerzos para controlar esta crisis, iniciando un total de 253 procesos administrativos por quemas ilegales y 60 procesos penales por incendios. Estas acciones buscan frenar la devastación del medio ambiente y llevar ante la justicia a quienes son responsables de encender estos fuegos que no solo afectan al ecosistema, sino que también ponen en riesgo la vida y la salud de las personas. El impacto de los incendios es doble: por un lado, se pierden grandes extensiones de bosque y, por el otro, se deteriora la calidad del aire que respiran los habitantes de la región. La comunidad cruceña enfrenta un dilema que raya en la urgencia, dado que cada día que pasa sin una solución efectiva incrementa los riesgos asociados a la salud pública y al medio ambiente. En este contexto, la solidaridad y la acción colectiva son más necesarias que nunca. La ciudadanía, las autoridades y las organizaciones deben unirse en un esfuerzo coordinado para combatir estos incendios y buscar alternativas sostenibles que prevengan situaciones similares en el futuro. La tarea no es sencilla, pero la preservación del medio ambiente y la salud de la población dependen de ello. La situación en Santa Cruz es un llamado a la acción. La comunidad internacional y local deben tomar en serio los efectos devastadores de los incendios forestales y la mala calidad del aire. Solo así se podrá construir un futuro en el que tanto la naturaleza como la salud humana sean protegidas y valoradas.