Se lanza una campaña urgente de vacunación contra la poliomielitis en Gaza en medio del conflicto y la crisis en curso.

El reciente anuncio sobre una campaña de vacunación coordinada contra la poliomielitis en Gaza ha llegado en medio de un contexto de conflicto y crisis humanitaria en curso. A medida que Israel y Hamás navegan por pausas frágiles en las hostilidades, la urgencia de garantizar la salud de los residentes más jóvenes de Gaza ha tomado protagonismo. Informes confirmaron que algunos niños fueron vacunados antes del inicio oficial de la campaña, destacando tanto la necesidad inmediata de la vacuna como las complejas logísticas de proporcionar atención médica en una región devastada por la guerra. Maysaa Abu Daqqa, madre de un niño de nueve años, expresó su temor al enterarse de la campaña de vacunación. Su miedo inicial la llevó a participar con precaución después de observar a otros padres optar por la vacuna en el Hospital Nasser. Esta anécdota resalta las emociones encontradas dentro de la comunidad, donde el miedo a una enfermedad mortal compite con la ansiedad generada por la violencia y la inestabilidad en curso. La campaña de vacunación está lejos de ser una tarea sencilla. Con porciones significativas de la infraestructura de Gaza en ruinas y aproximadamente el 90% de sus dos millones de residentes desplazados, las autoridades sanitarias enfrentan desafíos monumentales para alcanzar a los aproximadamente 640,000 niños menores de 10 años. La confianza en los alto el fuego temporales es frágil, y las familias deben navegar por caminos peligrosos y dañados para acceder a las vacunas. El número reportado de 2,100 personas capacitadas encargadas de administrar las vacunas también subraya los riesgos y temores que enfrentan en medio del conflicto en curso. La poliomielitis, que una vez fue en gran parte erradicada en muchas partes del mundo, representa un riesgo significativo en Gaza, donde las condiciones insalubres pueden alimentar brotes. Los funcionarios de salud han indicado una preocupante caída en las tasas de vacunación, lo que genera alarmas sobre una posible crisis de salud pública. La Organización Mundial de la Salud y UNICEF han movilizado 1.2 millones de dosis de la vacuna oral contra la poliomielitis, con más en camino, pero la eficacia de la campaña depende de la cooperación tanto de las autoridades locales como de los combatientes involucrados. La oficina del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, subrayó la importancia de un corredor humanitario para los esfuerzos de vacunación, reflejando un reconocimiento compartido de la necesidad de prevenir un brote de poliomielitis que podría extenderse más allá de las fronteras de Gaza. Sin embargo, los expertos han advertido que la verdadera solución radica en lograr un alto el fuego sostenido en lugar de pausas temporales, ya que el conflicto subyacente sigue representando una amenaza existencial para la salud y seguridad de la comunidad. Los desafíos van más allá de la logística; los conflictos pasados han dejado un legado de desconfianza entre los gazatíes hacia las iniciativas de salud, y el escepticismo sobre la actual campaña de vacunación es palpable en las redes sociales. En medio de esto, la devastación continua de la infraestructura sanitaria de Gaza, exacerbada por acciones militares previas, representa una amenaza grave para la salud pública. La reciente confirmación de un caso de poliomielitis después de 25 años solo subraya la urgencia de la situación, con advertencias de los funcionarios de salud sobre las graves consecuencias si el virus se propaga sin control. En un contexto más amplio, el gobierno israelí ha iniciado vacunaciones de refuerzo para los soldados, sin embargo, los expertos en salud destacan que esto puede no ser suficiente para contener un posible brote. La reticencia a la vacunación entre ciertos grupos demográficos en Israel complica aún más la situación, ya que la rápida propagación de la poliomielitis puede afectar a todas las comunidades de manera indiscriminada. A medida que Gaza lidia con su crisis de salud inmediata, las palabras del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, resuenan. Él enfatizó que, si bien las pausas humanitarias son beneficiosas, la paz duradera es la solución definitiva para salvaguardar la salud de los niños en la región. Mientras las familias en Gaza se aferran a la esperanza de un futuro más saludable en medio del caos de la guerra, el espíritu de resiliencia sigue siendo palpable, así como la urgente necesidad de una resolución integral del conflicto que priorice la salud y seguridad humanas por encima de todo.