Niños de la pandemia enfrentan obstáculos educativos: superando retrasos en el desarrollo en las aulas.

Niños de la pandemia enfrentan obstáculos educativos: superando retrasos en el desarrollo en las aulas.

Las preocupaciones aumentan a medida que los "bebés del Covid" ingresan a las aulas mostrando brechas de desarrollo y luchando con habilidades sociales y de comunicación debido al aislamiento por la pandemia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 01.09.2024

A medida que los niños nacidos durante la pandemia ingresan por primera vez a las aulas de Inglaterra, crece la preocupación entre educadores y expertos en desarrollo infantil sobre los desafíos que enfrentan. Nacidos en un mundo definido por confinamientos, mascarillas e interacciones sociales limitadas, estos niños ahora llegan a la escuela con brechas en su desarrollo que pueden obstaculizar su educación temprana. El entorno de confinamiento restringió significativamente las experiencias sociales que son críticas para el desarrollo de un niño. Las salidas con la familia extendida, las visitas a parques infantiles y la participación en grupos de madres y bebés se redujeron en gran medida. Esta aislamiento, agravado por los servicios públicos tensionados, significó que muchos bebés se perdieron evaluaciones de salud cara a cara que podrían haber identificado desafíos en su desarrollo de manera temprana. Ahora, a la edad de cuatro años, estos "bebés Covid" están mostrando signos de que están "aproximadamente dos años por detrás" de sus compañeros en varios aspectos del desarrollo, según los educadores. Informes de escuelas indican un aumento en problemas de comportamiento entre los niños en edad de recepción, como morder, lanzar objetos y dificultad para seguir rutinas. Estos niños a menudo están frustrados y luchan con habilidades sociales fundamentales, como compartir y tomar turnos. Muchos carecen del vocabulario necesario para expresar sus emociones de manera efectiva. Louisa Reeves, directora de políticas y evidencias en Speech and Language UK, enfatizó la importancia del compromiso en el desarrollo del habla. Durante la pandemia, muchos padres, tratando de anticipar las necesidades de sus hijos, pueden haber restringido inadvertidamente la comunicación verbal, que es crítica para la adquisición del lenguaje. Reeves destacó que, aunque la mayoría de los niños aprenden a caminar de forma independiente, desarrollar habilidades de comunicación requiere interacción y exposición a experiencias diversas, que muchos niños se perdieron durante esos años formativos. Los desafíos se extienden más allá del habla. Estudios recientes revelan que aproximadamente 1.9 millones de niños en el Reino Unido—uno de cada cinco—están lidiando con dificultades en el habla y el lenguaje, un problema que ya era prevalente antes de la pandemia, particularmente en áreas desfavorecidas. La falta de formación para los maestros en el abordaje de estos problemas agrava la situación. Muchos educadores se sienten mal preparados para apoyar a los niños que luchan con la comunicación. Katrina Morley, directora ejecutiva de Tees Valley Education Trust, señaló las marcadas disparidades en el desarrollo del vocabulario. Los niños de entornos empobrecidos a menudo tienen un vocabulario que, en promedio, es 3,000 palabras menor que el de sus contrapartes en áreas más ricas. Esta discrepancia puede limitar severamente la comprensión que un niño tiene del mundo y su capacidad para interactuar con él de manera significativa. Se están realizando esfuerzos para abordar estas brechas en el desarrollo, aunque en medio de restricciones financieras y una escasez de apoyo profesional necesario. Por ejemplo, la fundación de Morley ha priorizado la retención de personal pastoral y de bienestar para ayudar a las familias que enfrentan diversos desafíos, desde dificultades económicas hasta problemas de salud mental. Estos miembros del personal trabajan estrechamente con los padres para inculcar hábitos beneficiosos en sus hijos, abarcando todo, desde la nutrición hasta las prácticas de alfabetización. Ruth Swailes, asesora en educación de la primera infancia, criticó el impulso del gobierno por un aprendizaje basado en la fonética durante un tiempo en que los niños ya enfrentaban desafíos únicos. Aboga por un enfoque equilibrado que priorice el desarrollo de habilidades emocionales y sociales junto con el aprendizaje académico. Sin estas habilidades fundamentales, los niños pueden no beneficiarse de la educación formal, sin importar cuán efectivas sean las metodologías de enseñanza. Julian Grenier de la Education Endowment Foundation enfatiza la urgencia de abordar estos problemas de desarrollo. Advierte que, si no se abordan, las brechas educativas observadas en estos niños al final de la clase de recepción podrían duplicarse al final de la escuela primaria y nuevamente al final de la escuela secundaria. A pesar de los desafiantes retos que se avecinan, hay un rayo de esperanza. Los educadores están obteniendo una mejor comprensión de cómo apoyar a los jóvenes aprendices, y muchos están adaptando sus enfoques para satisfacer las necesidades de sus estudiantes. A medida que las escuelas navegan por estas complejidades, la resiliencia y dedicación del personal docente jugarán un papel crucial en ayudar a esta generación de niños a recuperarse de los efectos de la pandemia y prosperar en sus trayectorias educativas.

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