Inundaciones devastadoras en Yemen dejan al menos 26 muertos y miles afectados

Inundaciones devastadoras en Yemen dejan al menos 26 muertos y miles afectados

Fuertes lluvias en Yemen han dejado al menos 26 muertos y varios desaparecidos en Dhamar, evidenciando la vulnerabilidad ante desastres naturales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Las fuertes lluvias que han azotado Yemen en las últimas semanas han dejado una estela de destrucción y tragedia, especialmente en la provincia de Dhamar. Al menos 26 personas han perdido la vida y varias más permanecen desaparecidas tras deslizamientos de tierra provocados por estas intensas precipitaciones. La situación ha sido calamitosa, con familias enteras afectadas y comunidades enteras devastadas. El gobernador de Dhamar, Mohamed al Bukhaiti, designado por los rebeldes hutíes, informó que entre las víctimas mortales se encuentran tanto mujeres como niños. Este dato resalta la vulnerabilidad de los grupos más desfavorecidos ante desastres naturales. Mientras se llevan a cabo las operaciones de rescate, se ha confirmado que tres personas han sido salvadas y trasladadas al hospital, pero la búsqueda continúa para localizar a otras 11 que aún están en paradero desconocido. La magnitud del desastre se refleja en el impacto que ha tenido en el pueblo de Al Jarf, donde las lluvias han resultando en la completa destrucción de viviendas. Según testimonios de los residentes, la situación es desesperante; los deslizamientos de tierra no solo han arrasado casas, sino que también han afectado gravemente a comercios y vehículos, dejando a la comunidad en una situación precaria y vulnerable. Los esfuerzos de búsqueda y rescate han sido complicados por la dificultad de acceso a las áreas más afectadas. Sin embargo, los vecinos no han dudado en movilizarse para ayudar en las tareas de rescate, demostrando una vez más la solidaridad que surge en momentos de crisis. Esta respuesta comunitaria es vital para afrontar la tragedia, aunque las limitaciones en los recursos y la infraestructura afectada complican la situación. Este reciente desastre natural se suma a una serie de inundaciones que han golpeado al país en lo que va del año. Solo unos días antes, el 27 de agosto, una inundación provocó el colapso de una presa en la provincia de Al Mahweet, con un saldo trágico de al menos 33 muertos. Este patrón de inundaciones intermitentes ha puesto de manifiesto la fragilidad del país ante fenómenos climáticos extremos. Desde principios de agosto, Yemen ha estado bajo un temporal de lluvias que ha causado estragos en las regiones del norte y del oeste. La temporada de lluvias, que normalmente se extiende de julio a septiembre, ha dejado un saldo devastador con más de 130 muertes confirmadas y la destrucción de infraestructuras críticas como escuelas, carreteras y centros de salud. Las autoridades locales han reportado que más de 38,000 familias han sido afectadas de diversas maneras. La situación se complica aún más con el nuevo brote de cólera que ha surgido en el país, exacerbado por las inundaciones. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) ha alertado sobre un posible aumento de casos, que podría alcanzar los 255,000 para septiembre de 2024. Esto representa no solo un reto para el sistema de salud, ya de por sí colapsado, sino también una amenaza a la seguridad alimentaria y a la estabilidad social en un país ya devastado por años de conflicto. La comunidad internacional observa con preocupación la crisis en Yemen, un país que ha estado lidiando con una guerra prolongada y el impacto de desastres naturales. La falta de recursos y la inestabilidad política han dificultado la llegada de ayuda humanitaria, y son los ciudadanos comunes quienes a menudo sufren las consecuencias de estas crisis. En medio de esta tragedia, se hace un llamado urgente a la comunidad global para que preste atención y ofrezca asistencia a los afectados. La recuperación de Yemen requerirá no solo ayuda inmediata, sino también un compromiso sostenido para abordar las causas profundas de su vulnerabilidad ante desastres naturales y crisis humanitarias. La situación en Dhamar y otras regiones del país es un recordatorio de la necesidad de prepararse para el cambio climático y sus efectos devastadores. Mientras las comunidades luchan por reconstruirse, la esperanza reside en la solidaridad y la intervención coordinada para mitigar el sufrimiento humano y promover la resiliencia en la región.

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