Temblores en Nariño y Santander mantienen en alerta a habitantes de Colombia

Temblores en Nariño y Santander mantienen en alerta a habitantes de Colombia

Tres sismos se registraron en Colombia la noche del 30 de agosto, sin daños significativos, pero con la población en alerta.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La noche del 30 de agosto fue agitada para los habitantes de Colombia, especialmente para aquellos en las regiones de Nariño y Santander, donde se registraron tres movimientos telúricos en menos de tres horas. El último sismo, de magnitud 3.0, tuvo lugar en Tumaco, Nariño, a una profundidad superficial, según el informe del Servicio Geológico Colombiano. A pesar de la inquietud que genera un fenómeno natural de esta naturaleza, hasta el momento no se han reportado daños significativos en la zona, lo que ha permitido a las autoridades mantener la calma entre la población. La serie de temblores comenzó a las 10:10 de la noche, cuando un primer movimiento se sintió en los Santos, Santander, seguido rápidamente por una réplica de magnitud 3.2 tan solo dos minutos después. Este tipo de actividad sísmica no es inusual en Colombia, un país que está ubicado en una zona geológicamente activa, donde interactúan varias placas tectónicas, como la Nazca, Sudamérica y el Caribe. Estas interacciones son responsables de la dinámica geológica compleja que caracteriza al territorio colombiano. De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano, es común que el país experimente un promedio de 2.500 sismos al mes, lo que equivale a aproximadamente 80 sismos diarios. Sin embargo, la mayoría de estos son de baja magnitud y no son perceptibles para la población. Las áreas más propensas a experimentar temblores son las costas del Pacífico y del Caribe, así como las zonas montañosas del país. A pesar de esta actividad habitual, la población sigue sin estar del todo preparada para enfrentar la ocurrencia de un sismo de mayor magnitud. Es fundamental que la ciudadanía esté informada y preparada ante la posibilidad de un temblor. Conocer los riesgos específicos de cada región, así como tener un plan de acción en caso de sismos, es esencial para minimizar los daños y proteger a las personas. El Servicio Geológico Colombiano enfatiza que, aunque pueda parecer que la frecuencia de sismos ha aumentado, en realidad, hay una mayor conciencia y capacidad de detección y reporte, facilitada por la tecnología actual. Sentir un sismo depende de varios factores, como la magnitud, la profundidad del epicentro y la distancia de las personas al mismo. Por ello, es crucial que quienes experimenten un movimiento telúrico reporten su ocurrencia, ya que esta información permite a las autoridades evaluar rápidamente los efectos del evento y coordinar la respuesta adecuada. El Servicio Geológico Colombiano ha habilitado formularios en línea, como "Sismo Sentido", que permiten a la población enviar datos sobre su experiencia durante un temblor, lo que ayuda a determinar la intensidad del movimiento y a mejorar el conocimiento de la amenaza sísmica en el país. Los sismos se producen por la liberación de energía acumulada en las placas tectónicas, un fenómeno que se propaga en forma de ondas. Cuando estas ondas llegan a la superficie, se generan movimientos que pueden ser percibidos por las personas, los cuales pueden causar daños a la infraestructura y al medio ambiente. Las causas de los sismos son diversas, abarcando desde la actividad tectónica natural hasta eventos volcánicos y, en algunos casos, actividades humanas que alteran la estabilidad geológica. La magnitud y profundidad de un sismo se calculan a través de equipos de monitoreo distribuidos en todo el territorio. A medida que estos dispositivos registran los movimientos del terreno, se puede determinar la energía sísmica liberada en el foco del evento. A pesar de que la escala de Richter fue largamente utilizada en el pasado, actualmente se prefiere la escala de magnitud de momento, que ofrece una medición más precisa y universal, dejando atrás la idea de clasificar los sismos en grados. En caso de un temblor, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) recomienda que la población mantenga la calma y siga ciertas pautas de seguridad. Estas incluyen protegerse bajo muebles resistentes, alejarse de ventanas y objetos que puedan caer, y tener un plan de evacuación claro en caso de que la situación se agrave. La preparación y la educación son clave para enfrentar de manera efectiva los desastres naturales en un país con una historia sísmica tan activa como Colombia. Mientras la noche en Colombia continuaba, los ciudadanos de Tumaco y otras regiones afectadas se mantenían en alerta, atentos a posibles réplicas y con la esperanza de que los temblores no trajeran más sorpresas. La resiliencia y la capacidad de respuesta de la población son esenciales ante el fenómeno natural que, aunque común, siempre trae consigo un grado de incertidumbre y temor.

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