Starmer enfrenta reacciones en el sector de la hostelería por sus propuestas controvertidas de prohibir fumar al aire libre.

Keir Starmer enfrenta una fuerte reacción del sector de la hostelería a medida que surgen discusiones sobre las restricciones propuestas al consumo de tabaco al aire libre, que han sido calificadas de "locura" por los líderes de la industria. Las propuestas filtradas, que no han sido desmentidas por el primer ministro Rishi Sunak, buscan prohibir el uso de tabaco no solo fuera de pubs y restaurantes, sino también en una variedad de espacios públicos, incluidos parques, áreas de juegos infantiles y potencialmente bares de shisha. Si bien los expertos en salud defienden los beneficios de tales medidas, la industria de la hostelería está levantando alarmas sobre las ramificaciones económicas. Los planes son parte de una iniciativa más amplia destinada a erradicar gradualmente el consumo de tabaco por completo, con regulaciones que, en última instancia, prohibirían la venta de tabaco a cualquier persona nacida el 1 de enero de 2009 o después. Starmer, hablando durante una visita a París, enfatizó la crisis de salud pública que representa el tabaquismo, citando las 80,000 muertes anuales atribuidas al consumo de tabaco solo en Inglaterra. Afirmó: "Esta es una serie de muertes prevenibles y tenemos que tomar medidas para reducir la carga sobre el NHS y el contribuyente". Sin embargo, las propuestas han encontrado una feroz resistencia por parte de los propietarios de pubs y líderes de la industria, quienes creen que tales restricciones podrían agravar las dificultades de un sector que aún se recupera de los efectos de la pandemia de COVID-19. Kate Nicholls, directora ejecutiva de UKHospitality, expresó graves preocupaciones sobre el posible impacto económico de una prohibición, recordando que las restricciones anteriores al tabaquismo llevaron a un cierre significativo de pubs. "Solo hay que mirar hacia atrás a los importantes cierres de pubs que vimos después de la prohibición del tabaquismo en interiores para ver el impacto potencial que podría tener", dijo, instando al gobierno a entablar discusiones significativas con las partes interesadas antes de avanzar. El sentimiento entre los operadores de pubs es igualmente sombrío. William Lees-Jones de la cervecería JW Lees caracterizó la sugerencia como un "rayo en un día despejado" que no se ha discutido adecuadamente con la industria. Señaló que los fumadores decididos podrían simplemente trasladarse más abajo en la calle para fumar, lo que podría generar tensiones con los no fumadores. Clive Watson, presidente del grupo Inda Pubs, calificó la propuesta de "idea loca", cuestionando la lógica de imponer cargas adicionales a una industria que ya ha enfrentado enormes desafíos. Los defensores de la salud pública, por otro lado, han acogido las propuestas, destacando las disparidades en salud impulsadas por el tabaquismo y los beneficios potenciales de restringir el uso de tabaco en espacios públicos. La Dra. Layla McCay de la Confederación del NHS elogió los esfuerzos del gobierno, afirmando que abordar el tabaquismo es fundamental para mejorar los resultados de salud en el Reino Unido. Los datos de encuestas sugieren que el apoyo público a la prohibición de fumar al aire libre es considerable, con una encuesta de YouGov que indica que el 58% de los encuestados favorece la idea, incluida una porción significativa de votantes conservadores. No obstante, sigue habiendo un contingente vocal dentro del Partido Conservador que se opone a las medidas, con Priti Patel y Robert Jenrick expresando preocupaciones sobre las implicaciones para las libertades personales y la seguridad pública, especialmente en términos de hacer cumplir tal prohibición. A medida que el gobierno considera sus próximos pasos, el diálogo entre las autoridades de salud y el sector de la hostelería será crucial para dar forma a cualquier legislación potencial. La tensión entre las iniciativas de salud pública y las realidades operativas de las empresas sigue siendo un delicado acto de equilibrio, y el resultado de este debate podría tener implicaciones duraderas para el futuro de las regulaciones sobre el tabaquismo en Inglaterra.