El uso no regulado de antibióticos en laboratorios alimenta la amenaza global de superbacterias resistentes a los medicamentos.

El uso no regulado de antibióticos en laboratorios alimenta la amenaza global de superbacterias resistentes a los medicamentos.

Un estudio revela que el uso desmedido de antibióticos en laboratorios de investigación animal contribuye a la aparición de superbacterias resistentes a los medicamentos, lo que exige reformas para la salud humana y animal.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 29.08.2024

El uso crónico y no regulado de antibióticos en instalaciones de investigación animal ha emergido como un contribuyente significativo a la crisis de salud global de los superpatógenos resistentes a los medicamentos, según un estudio reciente publicado en la revista Plos One. La investigación encuestó 95 laboratorios en Australia y Nueva Zelanda, revelando que un asombroso 71% empleaba rutinariamente fármacos antimicrobianos, con prácticas que a menudo podrían evitarse. La autora principal, la Dra. Rebbecca Wilcox, veterinaria de animales de laboratorio en la Universidad RMIT, destacó la alarmante falta de regulación respecto al acceso a antibióticos en estas instalaciones. A diferencia de los médicos y veterinarios, el personal de laboratorio opera sin los controles y equilibrios necesarios en lo que respecta a la prescripción de antibióticos. Este entorno no regulado ha llevado al uso de antibióticos considerados "fármacos de última instancia", lo que genera serias preocupaciones sobre su aplicación en formas que podrían ser prevenibles. Los hallazgos indican que muchos laboratorios están empleando prácticas cuestionables, incluyendo la dosificación del agua de bebida de roedores con antibióticos y la eliminación inadecuada de alimentos y agua medicados. Notablemente, el 81% de las instalaciones encuestadas informaron haber desechado agua potable tratada directamente en el sistema de alcantarillado, una práctica que contribuye a la propagación ambiental de la resistencia a los antibióticos. Las implicaciones son profundas, ya que la vida silvestre, incluidos gaviotas y ratas, puede transportar bacterias resistentes desde plantas de tratamiento de aguas residuales, perpetuando el ciclo de resistencia en el ecosistema. La Dra. Wilcox advirtió que las implicaciones del aumento de la resistencia a los antibióticos van más allá del bienestar animal y las prácticas de laboratorio. La Organización Mundial de la Salud ha identificado la resistencia antimicrobiana como una de las principales amenazas para la salud pública global, con predicciones que estiman que las muertes por infecciones resistentes podrían alcanzar los 10 millones anuales para 2050, superando las muertes relacionadas con el cáncer. Infame por su papel en la resistencia a los antibióticos, el sector agrícola ha sido objeto de escrutinio durante mucho tiempo, pero este estudio arroja luz sobre un problema igualmente urgente dentro del ámbito de la investigación animal. Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad Nacional de Australia, subrayó las causas sistémicas más amplias que impulsan la resistencia a los antibióticos, enfatizando que el problema no recae únicamente en las prescripciones realizadas por los proveedores de atención médica. Señaló que una gran mayoría de los antibióticos se consumen en la producción animal, lo que agrava el riesgo de desarrollar cepas resistentes. Se insta a la comunidad investigadora a prestar atención. "Este estudio sirve como un recordatorio crítico de que el uso de antibióticos en entornos controlados, como las instalaciones de roedores de laboratorio, refleja patrones más amplios de uso indebido en entornos veterinarios y agrícolas", comentó el Prof. Mark Blaskovich, quien investiga el desarrollo de antibióticos en la Universidad de Queensland. "Si bien la escala puede diferir, las implicaciones siguen siendo significativas." Los hallazgos del estudio plantean un llamado urgente a mejorar las prácticas dentro de las instalaciones de investigación animal, instando a una mayor supervisión por parte de los comités de ética animal y los responsables de políticas. La Dra. Wilcox expresó su esperanza de que una mayor concienciación sobre estas prácticas conduzca a cambios significativos en el uso responsable de antibióticos. "Con estas estadísticas en mano, podemos abogar por un enfoque más responsable en la administración de antibióticos, un enfoque que priorice tanto el bienestar animal como la salud humana", afirmó. A medida que el mundo lidia con la inminente amenaza de la resistencia a los antibióticos, esta investigación destaca la urgente necesidad de reformas en las prácticas de investigación animal. Con el potencial de consecuencias catastróficas tanto para la salud animal como humana, es imperativo que la comunidad científica y los organismos reguladores actúen de manera rápida y decisiva para abordar esta creciente crisis.

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