Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El tifón Shanshan ha dejado una estela de devastación en el suroeste de Japón tras tocar tierra este jueves en la isla de Kyushu. Con una categorización de "muy fuerte", el fenómeno meteorológico ha causado la muerte de al menos tres personas, mientras que una más se encuentra desaparecida. Las últimas actualizaciones indican que decenas de heridos han sido reportados en diversas prefecturas afectadas, lo que subraya la fuerza destructiva de este tifón. La Agencia Meteorológica de Japón ha emitido una alerta especial, instando a la población a extremar la vigilancia ante posibles deslizamientos de tierra e inundaciones, sobre todo en áreas bajas. Los vientos intensos y marejadas ciclónicas son preocupaciones significativas, ya que se prevé que estos fenómenos acompañen al tifón mientras se desplaza hacia el norte/noreste a una velocidad de alrededor de 15 kilómetros por hora. Las cifras oficiales indican que, de los heridos, al menos 41 personas han recibido atención médica. Las prefecturas de Kagoshima y Miyazaki son las más afectadas, donde se han reportado daños en aproximadamente 160 viviendas y edificios. Imágenes de los medios locales muestran escenas desgarradoras: casas con parte de su fachada levantada y calles inundadas que retratan la fuerza del tifón al tocar tierra cerca de la ciudad de Satsumasendai. Uno de los casos más trágicos reportados es el de un hombre de unos 60 años que desapareció en el puerto de Kagoshima al intentar amarrar su barco. Este incidente resalta la imprevisibilidad y el peligro que estos fenómenos meteorológicos representan, no solo para la infraestructura, sino también para la vida humana. La alerta especial que afecta a Kagoshima y al sur de Miyazaki es poco común en las islas principales de Japón. De hecho, la última vez que se activó una alerta similar fue durante el paso del tifón Nanmadol en septiembre de 2022, que causó estragos en la misma región. Esta repetición de desastres naturales plantea serias preguntas sobre la preparación y la resiliencia de estas comunidades ante los embates de la naturaleza. Por si fuera poco, las autoridades han ordenado la evacuación de más de 103.000 personas en unos 55.000 hogares de Kitakyushu, lo que demuestra la gravedad de la situación. En Miyazaki, el impacto ha sido igualmente devastador, con fachadas desprendidas, ventanas estalladas y un riesgo elevado para los viandantes debido a la caída de objetos y falta de funcionamiento en semáforos. El transporte ha sido otro de los sectores más perjudicados por el paso del tifón. El servicio de tren bala entre Kumamoto y Fukuoka ha sido suspendido, y las líneas de alta velocidad que conectan Nagasaki y Takeo también se encuentran inoperativas. Según el gobierno japonés, alrededor de 700 vuelos han sido cancelados, afectando a miles de pasajeros que esperaban viajar en un momento de gran incertidumbre. Mientras el tifón se dirige hacia el área metropolitana de Tokio, las autoridades navales y terrestres continúan monitoreando la situación. Se espera que Shanshan llegue a la capital entre el 2 y 3 de septiembre, lo que podría provocar más complicaciones en un país que ya se enfrenta a la adversidad. Los ciudadanos han sido instados a prepararse no solo para los vientos fuertes, sino también para la posibilidad de marejadas y otros desastres asociados. A medida que la tormenta avanza, la respuesta de emergencia y el manejo de la crisis son aspectos cruciales que las autoridades deben abordar de inmediato. Habrá que considerar si la infraestructura y los sistemas de alerta temprana están equipados para manejar la frecuencia creciente de fenómenos climáticos extremos que azotan a la región. En esta era de cambio climático acelerado, los desafíos se multiplican y las comunidades deben estar mejor preparadas para lo que pueda venir.