Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Este miércoles, decenas de activistas se congregaron en Santa Cruz para protestar en contra de los devastadores incendios forestales que han afectado al departamento en las últimas semanas. La manifestación fue organizada por el Movimiento Ciudadano contra Incendios Forestales y comenzó en la plaza del Estudiante, culminando en la emblemática plaza 24 de Septiembre, donde los participantes realizaron una lectura de pronunciamientos que exigían el cese inmediato del desmonte y la quema de bosques. Los manifestantes, portando pancartas con mensajes contundentes como "No más incendios forestales" y "El humo tiene responsables", denunciaron lo que califican como un "ecocidio". Hasta la fecha, los incendios han consumido más de 2 millones de hectáreas solo en Santa Cruz, un hecho alarmante que ha resonado profundamente en la sociedad civil. La situación ha llevado a muchos a elevar su voz en defensa de la naturaleza y exigir medidas inmediatas para contener el desastre. El fenómeno de los incendios forestales no es nuevo en Bolivia. En 2019, el país sufrió uno de los peores desastres ecológicos de la última década, con más de 5 millones de hectáreas quemadas. La tradición de los 'chaqueos', quemas controladas para preparar tierras agrícolas, ha sido señalada como una de las principales causas del fuego descontrolado que consume la flora y fauna del país. Los activistas sostienen que estas prácticas, lejos de ser inocuas, desencadenan catástrofes ambientales que se agravan cada año. Ezequiel Chávez, un activista del Colectivo Árbol, expresó su preocupación por la actual situación, afirmando que en sólo dos meses se ha visto un incremento alarmante en la cantidad de incendios. "Estamos a finales de agosto y esto está fuera de control, inclusive tiene tendencia a superar los incendios de 2019", alertó Chávez. Su voz es solo una de muchas que se elevan en un contexto donde la salud pública también se ve comprometida, dado que el humo de los incendios ha alcanzado áreas urbanas, deteriorando la calidad del aire en Santa Cruz. La protesta no solo fue un acto simbólico, sino que también representó un llamado urgente a las autoridades. Los manifestantes exigieron al gobierno de Luis Arce que declare el "desastre nacional" por los incendios y que se detengan las políticas de distribución de tierras que permiten quemas. Además, solicitaron la derogación de las denominadas "leyes incendiarias", regulaciones que legalizan las quemas controladas, y que han sido objeto de críticas desde hace años. En respuesta a la creciente preocupación, el presidente Arce utilizó sus redes sociales para asegurar a la población que su gobierno está en "alerta permanente" para combatir el fuego. Anunció que hasta ahora han logrado sofocar 39 incendios en todo el país, movilizando a más de 2,600 bomberos forestales. Sin embargo, muchos activistas consideran que estas acciones son insuficientes frente a la magnitud de la crisis ecológica. El gobierno ha desplegado recursos significativos, incluyendo vehículos y aeronaves para combatir el fuego en áreas críticas, particularmente en los municipios cruceños de San Ignacio de Velasco y Concepción, así como en otras regiones afectadas. A pesar de estos esfuerzos, la desconfianza entre la ciudadanía persiste, y muchos demandan una respuesta más efectiva y coordinada para abordar la raíz del problema. La situación en Santa Cruz se ha vuelto un punto focal del descontento social, y los activistas han anunciado una nueva movilización para el viernes, convocada por la universidad estatal de la región, que promete intensificar la presión sobre el gobierno para que actúe con mayor firmeza en la protección de los recursos naturales del país. En un contexto donde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son cada vez más evidentes, la lucha de los cruceños contra los incendios forestales se convierte en un símbolo de resistencia. La salud del medio ambiente y la calidad de vida de las futuras generaciones dependen de decisiones responsables y sostenibles que deben tomarse hoy. La comunidad, unida en su clamor, no solo busca preservar los bosques de Santa Cruz, sino también enviar un mensaje contundente: es hora de actuar y priorizar la protección de nuestro entorno. La vida en el planeta depende de la acción colectiva y la voluntad política de hacer frente a esta crisis ambiental.