Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En la mañana de este miércoles 28 de agosto de 2024, el Instituto Geofísico del Ecuador reportó un sismo de magnitud 4,0 grados en la frontera entre Ecuador y Perú. El temblor, que se registró a una distancia de 46,6 kilómetros de Macará, en la provincia de Loja, se presentó a una profundidad de 69 kilómetros, lo que indica que el fenómeno fue lo suficientemente profundo como para no generar un impacto significativo en la superficie. Este evento sísmico fue el segundo que afectó al país este mismo día, ya que en horas de la mañana se había reportado otro movimiento telúrico de 3,5 grados frente a las costas de Manabí. Aunque ambos sismos han sido sentidos en diferentes zonas del país, hasta el momento no se han reportado incidentes ni personas heridas como consecuencia de estos fenómenos naturales. La calma aparente, sin embargo, no debe llevar a la complacencia, ya que los sismos son parte de la actividad geológica constante en la región. La zona fronteriza entre Ecuador y Perú es conocida por su actividad sísmica, debido a la complejidad de las placas tectónicas que convergen en esta área. La placa de Nazca y la placa Sudamericana interactúan de manera intensa, generando movimientos que, aunque pueden parecer comunes, requieren atención y preparación por parte de la población. La cultura sísmica en Ecuador ha avanzado, y las autoridades han implementado protocolos de emergencia para proteger a la ciudadanía en caso de un evento mayor. Es importante que la población mantenga la calma y esté informada sobre los procedimientos a seguir en caso de un sismo. La prevención y la preparación son clave para mitigar los efectos de estos fenómenos, que aunque no siempre generan daños significativos, pueden ser impredecibles en magnitud y consecuencias. La comunidad debe seguir las recomendaciones de las autoridades y participar en simulacros de evacuación, que son esenciales para garantizar la seguridad en situaciones de emergencia. El Instituto Geofísico del Ecuador ha instado a la población a reportar cualquier percepción de los temblores a través de sus cuentas oficiales. Esta información es crucial para monitorear la actividad sísmica y mejorar la respuesta ante futuros eventos. A través de estos reportes, se puede obtener un panorama más claro sobre cómo se están sintiendo los sismos en diversas localidades, lo que ayuda en la toma de decisiones para la gestión del riesgo. A medida que se desarrollan estas situaciones, es fundamental que la ciudadanía mantenga una comunicación abierta con las autoridades. En un mundo interconectado, el intercambio de información puede ser vital para la implementación de medidas de seguridad adecuadas y la promoción de la educación sísmica. La colaboración entre el Instituto Geofísico y la población es esencial en la construcción de una sociedad más resiliente ante desastres naturales. La experiencia de países con alta actividad sísmica muestra que la educación y la preparación son determinantes en la reducción de riesgos y en la protección de vidas humanas. Las lecciones aprendidas de sismos pasados deben ser el pilar sobre el cual se edifique una cultura de seguridad. Desde la creación de planes familiares hasta la incorporación de prácticas seguras en las escuelas, cada acción cuenta para minimizar el impacto de futuros sismos. En conclusión, aunque este miércoles se sintieron temblores en diferentes partes del país, la respuesta y la prevención son claves para garantizar la seguridad de todos. Mantenerse informado, reportar eventos sísmicos y participar en ejercicios de preparación son pasos esenciales para enfrentar la actividad sísmica que caracteriza a nuestra región. La historia nos enseña que la naturaleza es impredecible, pero juntos, como sociedad, podemos estar mejor preparados para afrontar lo inesperado.