Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La llegada del otoño en México se percibe de diversas maneras, marcando un cambio en el clima, la naturaleza y las festividades que enriquecen esta estación del año. En un país tan diverso como el nuestro, existen varias formas de determinar cuándo inicia esta temporada. Las tres principales son la astronómica, la meteorológica y la fenológica, cada una aportando su propia perspectiva y significado al cambio estacional. El otoño astronómico se inicia con el equinoccio de otoño, un evento que ocurrirá el 22 de septiembre de 2024 a las 6:44 AM, hora del centro de México. Este fenómeno marca un momento en el que el día y la noche tienen igual duración, simbolizando el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Durante este tiempo, el sol ilumina de manera equitativa a ambos hemisferios, lo que da inicio a la transición hacia temperaturas más frescas y días más cortos en el hemisferio norte. Por otro lado, la definición meteorológica del otoño se basa en un enfoque más práctico, donde la estación se divide en cuatro partes iguales de tres meses cada una. En este sentido, el otoño se extiende desde septiembre hasta noviembre, permitiendo a las personas planear sus actividades y vestimenta de acuerdo con las temperaturas promedio. Esta división es especialmente útil para quienes dependen del clima para sus labores diarias, ya sea en la agricultura, la construcción o el turismo. La tercera manera de interpretar la llegada del otoño es la fenológica, que se centra en signos naturales visibles. La caída de las hojas de los árboles, la migración de aves hacia climas más cálidos y otros cambios en el comportamiento de la fauna son indicadores de que el otoño se ha instalado. No obstante, estos fenómenos están cada vez más influenciados por el cambio climático, que puede alterar los patrones naturales y hacer que los ciclos estacionales varíen en tiempo y forma. El equinoccio de otoño no solo representa un cambio de estación, sino que también se relaciona con varios eventos astronómicos. Pocos días antes de este fenómeno, el 17 de septiembre, se podrá apreciar una Superluna, conocida como la Luna de Cosecha. Esta será la luna llena más próxima al equinoccio, y tendrá un brillo especial en el cielo, ofreciendo un espectáculo visual que muchos esperan ansiosos cada año. La mitología griega también ofrece una representación poética de esta estación. Según el mito de Perséfone, la hija de Deméter, el otoño simboliza la tristeza y la desolación que sobreviene cuando Perséfone es llevada al inframundo. Este relato destaca el ciclo de vida y muerte, reflejando cómo el cambio de estaciones puede evocar emociones profundas y significados culturales en diferentes sociedades. En cuanto a las festividades, el otoño en México es un tiempo de celebración y conmemoración. El Día de los Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre, es quizás la festividad más emblemática. Durante estos días, las familias se reúnen para honrar a sus seres queridos que han partido, creando altares y ofreciendo ofrendas. Esta tradición no solo es una expresión de amor y respeto, sino también un reflejo de la riqueza cultural y espiritual del pueblo mexicano. A nivel internacional, el otoño también da pie a una serie de festividades que reflejan las tradiciones de diferentes culturas. Desde el Halloween en Estados Unidos hasta el Oktoberfest en Alemania, estas celebraciones muestran cómo el otoño une a las personas en torno a la comida, la bebida y el reconocimiento de las cosechas. Cada una de estas festividades aporta su propio sabor y color a la temporada, haciendo del otoño un momento de convergencia cultural. En conclusión, la llegada del otoño en México es un fenómeno multifacético que se puede abordar desde diversas perspectivas. Ya sea a través de la ciencia, la naturaleza o las tradiciones, esta estación invita a la reflexión sobre los cambios en el entorno y en la vida. Con cada hoja que cae y cada festividad que se celebra, el otoño nos recuerda que el cambio es una parte esencial de nuestra existencia, un ciclo que nos conecta con la naturaleza y con nuestras propias raíces culturales.