Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que se acerca el frío del invierno, las luchas enfrentadas por personas con discapacidad como Thirugnanam Sureshan se vuelven más pronunciadas. Sureshan, que vive con diversas condiciones de salud, se encuentra lidiando no solo con el costo físico y emocional de sus discapacidades, sino también con la presión financiera de los crecientes costos de energía que afectan desproporcionadamente a quienes tienen necesidades adicionales. Con los precios de la energía aumentando un 10%, la esperanza de Sureshan por recibir apoyo gubernamental se ha desvanecido. Él articula una dolorosa realidad: el aumento del costo de la vida lo ha obligado a racionar la energía para dispositivos médicos esenciales, incluyendo su silla de ruedas, mascarilla CPAP para la apnea del sueño y un elevador eléctrico. Tales restricciones no solo lo confinan a su hogar, sino que también le roban la alegría que alguna vez encontró al ser voluntario y contribuir a su comunidad como embajador de salud del NHS. La situación de Sureshan subraya un problema más amplio: el abandono sistémico de las personas con discapacidad en la elaboración de políticas. La falta de la gobernanza para tener en cuenta los costos adicionales asociados con las discapacidades significa que muchos se ven obligados a navegar por un paisaje cada vez más difícil en soledad. “¿Por qué no podemos ser considerados?” pregunta, destacando la devastadora realidad que enfrentan aquellos que requieren ayudas eléctricas para mantener su movilidad y salud. La presión financiera se extiende más allá de las facturas de energía. Sureshan menciona el aumento de los costos del agua, el impuesto municipal y la comida, agravado por una escasez de medicamentos que lo ha obligado a manejar las dosis de diferentes proveedores. La ansiedad por llegar a fin de mes es palpable; ahora se encuentra sentado en la oscuridad, conservando energía y dependiendo de mantas para combatir el frío. Las consecuencias de estos desafíos van mucho más allá de la comodidad; amenazan la salud y el bienestar de las personas con discapacidad. Sureshan argumenta que el enfoque miope del gobierno—al no proporcionar un apoyo adecuado—llevará en última instancia a un aumento en las necesidades y costos de atención médica. Enfatiza que invertir en el bienestar de los ciudadanos con discapacidad debería verse como una estrategia financiera a largo plazo en lugar de un gasto innecesario. A medida que se aproxima el invierno, el miedo a la calefacción inadecuada pesa mucho sobre Sureshan. La dependencia de calentadores eléctricos el invierno pasado lo dejó vulnerable, y sin una indicación clara de asistencia gubernamental este año, se siente aprensivo sobre su capacidad para mantenerse caliente. La ayuda anterior de organizaciones benéficas como Scope ha sido invaluable, pero sabe que puede no estar disponible esta vez. El llamado a la acción es urgente. Grupos de defensa como Scope han estado presionando por tarifas de energía con descuento para personas con discapacidad, una medida que podría aliviar drásticamente las cargas enfrentadas por muchos. Sureshan, hablando en nombre de innumerables otros en situaciones similares, enfatiza la necesidad de una intervención gubernamental inmediata. Sin ella, muchas personas con discapacidad continuarán luchando en silencio, obligadas a tomar decisiones imposibles entre servicios esenciales y comodidades básicas a medida que los costos aumentan. En una sociedad que afirma valorar la inclusividad y el apoyo a los vulnerables, el gobierno debe actuar con decisión. Para individuos como Thirugnanam Sureshan, las apuestas son altas; su calidad de vida misma depende de ello.