Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un mundo donde la comunicación es cada vez más digital y acelerada, el concepto de atrofia ha adquirido tanto un significado literal como metafórico. Definida como una disminución en el tamaño de un órgano debido a enfermedad o desuso, la atrofia también se aplica al debilitamiento de habilidades o capacidades por falta de uso. En discusiones recientes, particularmente en un conmovedor artículo de Madeleine Schwartz en The New York Times Magazine, ha surgido la noción de atrofia lingüística, subrayando las complejidades de la retención del lenguaje en una sociedad globalizada. En su memoria, "Alfabet/Alphabet: A Memoir of a First Language," la poeta Sadiqa de Meijer reflexiona sobre sus experiencias personales como hablante de neerlandés viviendo en Canadá. Expresa una profunda preocupación por el hecho de que su dominio de su lengua materna ha disminuido con el tiempo, describiendo su neerlandés hablado como "divertidamente formal." Esta transformación no es solo un lamento personal; destaca un fenómeno cultural más amplio donde las habilidades lingüísticas pueden erosionarse cuando no se practican regularmente. El rechazo de su joven hija a hablar neerlandés, prefiriendo decir "¡Deja de neerlandesearme!" añade una capa de complejidad a este discurso, ilustrando las brechas generacionales que pueden surgir en el uso del lenguaje dentro de familias inmigrantes. El impacto de la atrofia no se limita solo al lenguaje. Refleja una tendencia social donde las habilidades, tradiciones e incluso relaciones pueden debilitarse cuando no se nutren activamente. Este fenómeno se puede observar en diversos ámbitos, desde la condición física hasta las expresiones artísticas. El acto una vez vibrante de conversar en la lengua materna puede desvanecerse en un recuerdo distante, así como un músculo pierde fuerza sin ejercicio regular. La exploración de Schwartz sobre la atrofia plantea preguntas importantes sobre la identidad y el sentido de pertenencia en un paisaje multicultural. ¿Cómo mantenemos nuestro patrimonio lingüístico cuando el entorno a menudo favorece la asimilación sobre la preservación? El desafío no es meramente mantener un idioma vivo, sino fomentar un ambiente donde pueda prosperar, donde los niños se sientan conectados con las palabras de sus padres y abuelos, permitiéndoles entrelazar sus narrativas culturales en el tejido de sus vidas cotidianas. A medida que la palabra atrofia encuentra su camino en nuestro vocabulario, sirve como un recordatorio del delicado equilibrio que debemos alcanzar entre abrazar nuevas experiencias y honrar nuestras raíces. Para aquellos interesados en participar en la conversación en torno a esta palabra, un desafío diario invita a los lectores a crear oraciones usando "atrofia," fomentando el compromiso con el lenguaje de una manera lúdica pero significativa. En última instancia, el llamado a la acción es claro: debemos estar vigilantes en el cuidado de nuestros idiomas, habilidades y relaciones para evitar que caigan en la atrofia. Al usar y celebrar activamente nuestros diversos orígenes lingüísticos, podemos asegurarnos de que continúen floreciendo a través de las generaciones, enriqueciendo nuestras comunidades y nuestras identidades personales en el proceso.