Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En la noche del martes, un fuerte temblor de magnitud 4.8 grados sacudió la región de Santander, generando preocupación entre los habitantes de esta zona del país. El Servicio Geológico de Colombia informó que el sismo se registró a las 10:04 p.m., con un epicentro localizado en el municipio de Los Santos, un área conocida por su actividad sísmica. Este evento natural, aunque no fue de gran magnitud, logró sentirse en un amplio radio, lo que llevó a muchas personas a salir de sus hogares en busca de seguridad. Con una profundidad de 147 kilómetros, el sismo se extendió su efecto más allá de Santander. Las ciudades que conforman el área metropolitana de Bucaramanga, incluyendo Floridablanca, Girón y Piedecuesta, también reportaron el movimiento, así como regiones más distantes como Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Caldas, Tolima y Norte de Santander. Esta amplia repercusión resalta la importancia de la preparación sísmica en una nación que se encuentra en una zona geológicamente activa. Los ciudadanos de Bucaramanga y sus alrededores vivieron momentos de tensión e incertidumbre, mientras algunos se refugiaron en espacios abiertos y otros se comunicaban con sus seres queridos para asegurarse de que todos estuvieran a salvo. Las redes sociales se llenaron de testimonios de personas que compartieron sus experiencias durante el temblor, desde el aviso de los movimientos hasta las reacciones de sorpresa y miedo. A pesar de la magnitud del sismo, hasta el momento no se han reportado daños significativos ni víctimas. Sin embargo, el fenómeno sí ha puesto de relieve la necesidad de que la comunidad esté siempre alerta y preparada ante estos eventos, ya que en cualquier momento podría ocurrir un sismo de mayor magnitud. Los expertos aconsejan que las familias realicen simulacros de evacuación y se aseguren de tener un plan de emergencia en caso de terremotos. Las autoridades locales han instado a la población a mantenerse informada a través de canales oficiales y a no caer en la desinformación que a menudo circula tras un evento sísmico. La Cruz Roja y otros organismos de emergencia se han puesto en alerta para actuar rápidamente en caso de que se presenten necesidades de asistencia. Es importante mencionar que Colombia, debido a su ubicación geográfica, está sujeta a diversos fenómenos naturales, incluidos temblores y terremotos. La geología del país, que incluye la interacción de varias placas tectónicas, lo convierte en un territorio propenso a este tipo de eventos. Por esta razón, la educación sobre el manejo de situaciones de emergencia es crucial para minimizar riesgos. El fenómeno telúrico no solo afecta a la población en términos de seguridad física, sino que también genera un impacto emocional y psicológico. Las personas que vivieron el temblor pueden experimentar ansiedad o miedo ante la posibilidad de futuros sismos. Las autoridades recomiendan estar atentos a la salud mental de la comunidad y brindar apoyo psicológico cuando sea necesario. La comunidad científica, por su parte, continúa monitoreando la actividad sísmica en la región. El Servicio Geológico de Colombia realiza un seguimiento constante para identificar patrones y proporcionar información actualizada sobre la actividad tectónica en el país. Este tipo de vigilancia es esencial para mejorar la preparación ante desastres naturales. Finalmente, es fundamental que la población mantenga la calma y no entre en pánico después de un sismo. La educación y la preparación son las mejores herramientas para enfrentar estos eventos. La experiencia del temblor de esta noche debe servir como un recordatorio de la vulnerabilidad de la región y de la importancia de estar siempre listos para actuar en caso de emergencias.