Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un programa de seguridad sísmica escolar ha sido puesto en marcha por la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) con el objetivo de mejorar la preparación frente a eventos telúricos en la provincia. Este proyecto, que se enmarca en la quinta convocatoria del programa de fomento a proyectos de extensión, busca abordar la falta de información y la incorrecta enseñanza sobre la actividad sísmica en Catamarca, una región con actividad sísmica moderada. En un contexto en el que los sismos son un fenómeno natural que puede ocurrir en cualquier momento, la iniciativa se presenta como crucial para garantizar la seguridad de la comunidad educativa. El programa tiene como objetivo general capacitar a autoridades, docentes, estudiantes y no docentes en la seguridad sísmica, a través de charlas informativas y simulacros de evacuación que se llevarán a cabo en diversos establecimientos educativos. Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la intención de establecer un plan de contingencia en colaboración con las autoridades y docentes de cada escuela, permitiendo que este plan sea replicado anualmente. Esto no solo incrementará la preparación ante emergencias, sino que también fomentará la creación de un ambiente escolar más seguro y consciente de los riesgos sísmicos. Al respecto, los impulsores del programa subrayan que la educación sísmica es fundamental, puesto que el comportamiento de los individuos durante un sismo puede ser determinante para su supervivencia. Sin embargo, se ha observado que muchos establecimientos educativos carecen de programas de seguridad sísmica, lo que genera una preocupación creciente en torno a la preparación de los alumnos ante este tipo de eventos. La actividad sísmica en Argentina está principalmente concentrada en el noroeste y centro-oeste del país, donde se encuentra Catamarca. Este contexto geológico, junto con la experiencia del sismo de magnitud cercana a 7 en la escala de Richter que afectó a la provincia en 2004, resalta la necesidad de un enfoque proactivo en la educación sobre sismos. A pesar de los esfuerzos previos en la materia, muchos de estos programas no se han mantenido en el tiempo, lo que ha llevado a la creación de esta nueva iniciativa. El programa lleva consigo un equipo multidisciplinario que incluye geólogos, trabajadores sociales, y estudiantes de diversas carreras, todos comprometidos con la educación y la seguridad. Este equipo trabajará de manera integral para desarrollar un enfoque educativo que no solo se limite a informar, sino que también capacite a los jóvenes en la práctica de simulacros y en la elaboración de planes de evacuación adaptados a las características de cada edificio escolar. La importancia de involucrar a niños y adolescentes en esta temática radica en su potencial para convertirse en agentes de cambio dentro de sus comunidades. Al adquirir conocimientos sobre cómo actuar ante un sismo, estos jóvenes no solo estarán protegiendo su vida, sino que también podrán transmitir lo aprendido a sus familias y amigos, creando así una red de conciencia comunitaria sobre la seguridad sísmica. Desde la UNCA, se resalta que la implementación de este programa no solo beneficiará a los alumnos en términos de conocimiento, sino que también contribuirá a su formación integral como ciudadanos responsables. La respuesta positiva de las instituciones educativas a esta propuesta indica una necesidad urgente de mejorar la capacitación en prevención sísmica, y se espera que la formación recibida se traduzca en un cambio significativo en la cultura de seguridad dentro de las escuelas. Por lo tanto, el desafío que se presenta es enorme, pero también es una oportunidad para fomentar una mayor conciencia y preparación en torno a la actividad sísmica. La colaboración entre la universidad, las autoridades educativas y la comunidad será clave para asegurar el éxito de este proyecto, que busca no solo educar, sino también empoderar a las nuevas generaciones en la gestión de riesgos. En un entorno donde la naturaleza es impredecible, la educación se erige como la herramienta más poderosa para salvaguardar vidas y construir comunidades más seguras.