Clima extremo sacude Estados Unidos: calor, nieve y desastres naturales impactan regiones

Clima extremo sacude Estados Unidos: calor, nieve y desastres naturales impactan regiones

La semana pasada, EE. UU. vivió fenómenos climáticos extremos: calor en el Medio Oeste, nieve en la costa oeste y desastres en Alaska y Arizona.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La semana pasada se convirtió en un recordatorio perturbador de la volatilidad del clima en Estados Unidos, donde una serie de fenómenos meteorológicos extremos afectaron a diversas regiones. Desde el agobiante calor del Medio Oeste hasta tormentas de nieve en la costa oeste, y desastres naturales en Alaska y Arizona, el clima salvaje ha mostrado una vez más su capacidad de sorprender y desafiar a las comunidades. En el Medio Oeste, millones de residentes enfrentaron un calor extremo que, combinado con la alta humedad, alcanzó sensaciones térmicas de hasta 37.7 grados Celsius (100 grados Fahrenheit). Este incremento de las temperaturas llevó a las autoridades a emitir alertas de salud pública. En la Feria Estatal de Minnesota, los efectos del calor se hicieron evidentes cuando un médico reportó la atención a personas con síntomas graves, incluyendo la necesidad de cortar anillos de los dedos de aquellos que sufrieron hinchazón severa por el calor. Las escuelas tuvieron que ajustar sus horarios y cancelar actividades deportivas para salvaguardar a los estudiantes ante esta inusual ola de calor. Con el pronóstico de que las temperaturas se mantendrán elevadas durante los próximos días, las advertencias del Servicio Meteorológico Nacional abarcan varios estados, incluyendo Iowa, Dakota del Sur y Wisconsin. En respuesta, muchas ciudades han abierto centros de enfriamiento para ayudar a los ciudadanos más vulnerables a sobrellevar las condiciones sofocantes. Mientras tanto, en la costa oeste, la llegada de una tormenta de nieve anticipada en las montañas sorprendió a muchos, pues indicios de invierno se hicieron visibles en pleno agosto. Este fenómeno, que se originó en el Golfo de Alaska, trajo consigo una acumulación significativa de nieve en lugares como el Monte Rainier y el Monte Shasta. En este último, se registraron alrededor de 15 centímetros de nieve en el lago Helen, lo que contrasta marcadamente con las condiciones calurosas que se experimentan en otras regiones del país. En el Pacífico, las islas de Hawai no estuvieron exentas de las inclemencias del tiempo, ya que la tormenta tropical Hone provocó intensas lluvias e inundaciones repentinas. Los reportes indican que la tormenta causó el cierre de carreteras y daños a la infraestructura, aunque afortunadamente no se han reportado heridos graves. Este evento subraya la constante amenaza que representan los ciclones tropicales para los habitantes de la región. Sin embargo, no todos los eventos climáticos de la semana resultaron en daños controlados. En Alaska, un deslizamiento de tierra mortal en Ketchikan dejó a una persona fallecida y provocó heridas a otros tres. Este incidente obligó a la evacuación de varias viviendas y puso de manifiesto la inestabilidad de la zona, que ha enfrentado deslizamientos similares en el pasado. La tragedia reitera la vulnerabilidad de las comunidades que viven en áreas montañosas y propensas a estos desastres naturales. Por otro lado, el Gran Cañón también fue testigo de la furia del clima con una inundación repentina que resultó en la trágica muerte de una excursionista. Chenoa Nickerson, de 33 años, desapareció durante una caminata y su cuerpo fue recuperado recientemente. Este evento no solo pone de relieve los riesgos asociados con las actividades al aire libre en entornos impredecibles, sino que también refleja la necesidad de una mayor atención a las advertencias meteorológicas en áreas propensas a inundaciones. A medida que el clima extremo continúa sacudiendo Estados Unidos, queda claro que la preparación y la respuesta ante emergencias son más importantes que nunca. Las comunidades deben estar alerta y seguir las recomendaciones de las autoridades para minimizar el riesgo en situaciones adversas. La semana de clima salvaje es un recordatorio de que el cambio climático y la variabilidad del tiempo están afectando a todas las regiones del país. La necesidad de medidas efectivas para mitigar estos fenómenos y proteger a las comunidades es más urgente que nunca, y la cooperación entre ciudadanos y gobiernos será clave para enfrentar los retos que se avecinan. A medida que el clima sigue cambiando, la capacidad de los ciudadanos para adaptarse y responder a estos eventos extremos será fundamental. La resiliencia comunitaria y la planificación adecuada serán esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de todos en este entorno climático cada vez más impredecible.

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