Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un reciente discurso en Detroit, el expresidente Donald Trump arremetió contra la vicepresidenta Kamala Harris, responsabilizándola a ella y al presidente Joe Biden por los problemas y la "humillación" que, según él, caracterizaron la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán en 2021. Trump, quien fue el artífice del acuerdo con los talibanes en 2020, adoptó un tono combativo mientras se preparaba para las elecciones presidenciales de 2024, donde espera enfrentarse nuevamente a Biden. Trump enfatizó que la retirada, que culminó con la toma de Kabul por los talibanes el 15 de agosto, ha dañado seriamente la credibilidad de Estados Unidos en el escenario global. Afirmó que la decisión final de llevar a cabo la retirada fue un reflejo directo de las decisiones tomadas por Harris y Biden. “Los votantes van a despedir a Kamala y Joe el 5 de noviembre, eso esperamos”, dijo Trump, refiriéndose a las elecciones que se celebrarán en 2024. La desastrosa evacuación que siguió a la toma de Kabul dejó imágenes imborrables en la memoria colectiva. La caída del gobierno afgano respaldado por Estados Unidos y las escenas de civiles afganos en pánico al intentar escapar del país se convirtieron en un símbolo del fracaso de la estrategia estadounidense en la región. Trump prometió, de ser elegido nuevamente, que tomaría acciones concretas contra aquellos que considera responsables de esta calamidad. “Cuando yo asuma el cargo, conseguiré que las renuncias de cada uno de los altos funcionarios que tuvieron algo que ver con la calamidad de Afganistán estén sobre mi mesa al mediodía del día de la investidura”, aseguró el exmandatario. Este tipo de comentarios resuenan entre sus seguidores, quienes valoran su enfoque directo y su aparente disposición para actuar rápidamente. En respuesta a las acusaciones de Trump, el equipo de campaña de la vicepresidenta recordó que Harris se había declarado como “la última persona en la sala” cuando Biden tomó la decisión de retirar las tropas. Esto se presentó como un intento de la administración actual por defender su posición y minimizar la responsabilidad del expresidente en el fiasco de la retirada. Cabe destacar que, si bien la Casa Blanca ha reconocido fallos en la inteligencia y la planificación en torno a la retirada, también ha trasladado la culpa a Trump por haber creado un entorno que eventualmente llevó a la derrota en Afganistán. Esta dinámica de culpas entre las administraciones refleja la polarización política que caracteriza el debate sobre la política exterior estadounidense. El discurso de Trump se produce en un contexto en el que su figura sigue siendo central en la política republicana, a pesar de las críticas que ha enfrentado, incluso por parte de algunos veteranos que consideran que sus comentarios sobre el ejército han sido inapropiados. Sin embargo, su visita al Cementerio Nacional de Arlington, donde honró a los soldados caídos, parece ser un intento de reconectar con el electorado más conservador y patriótico. Harris, por su parte, ha manifestado su respeto hacia los "13 patriotas devotos" que perdieron la vida en el atentado suicida en el aeropuerto de Kabul y ha subrayado la importancia de recordar a quienes quedaron atrás en medio de la caótica evacuación. Esta respuesta, aunque cargada de empatía, sugiere que la administración Biden está dispuesta a luchar su propia batalla narrativa sobre la retirada. A medida que se acercan las elecciones de 2024, es probable que la retirada de Afganistán siga siendo un tema candente en la arena política. Trump parece decidido a capitalizar este asunto, utilizando su retórica para galvanizar a sus seguidores y atraer a votantes que buscan un cambio. La narrativa de la retirada podría convertirse en un punto crucial en su campaña, al tiempo que Harris y Biden se preparan para defender su legado y decisiones en un periodo de alta tensión política. La polarización y el enfrentamiento entre las dos partes no muestran signos de amainar, y el futuro de la política estadounidense podría definirse por cómo se manejen y se perciban estos problemas en el próximo ciclo electoral. La historia de Afganistán, con su complejidad y sus implicaciones humanas, seguirá siendo un pilar central en la discusión sobre el futuro del país y su liderazgo.