Crisis de Mpox en el Congo: Los niños soportan el peso mientras la atención médica lucha por hacer frente.

En la República Democrática del Congo, el brote de mpox ha tenido un impacto devastador en los niños, particularmente en las regiones del este donde los recursos de atención médica son escasos. Los informes de los centros de tratamiento revelan que un asombroso 75% de los casos involucran a niños menores de 10 años, lo que resalta la vulnerabilidad de esta demografía. El relato personal de Alain Matabaro ilustra la dura realidad que enfrentan las familias. Su hijo de seis años, Amani, desarrolló inicialmente lo que parecía ser un pequeño punto inflamado, que rápidamente escaló a una infección generalizada. Afortunadamente, Amani recibió tratamiento a tiempo en una clínica en Munigi y comenzó a recuperarse después de cuatro días. Sin embargo, su experiencia subraya una crisis más amplia, ya que los niños pequeños son desproporcionadamente afectados por la enfermedad debido a sus sistemas inmunológicos subdesarrollados. El Dr. Pierre-Olivier Ngadjole, un profesional médico de la organización benéfica Medair, arroja luz sobre los factores que alimentan el brote. Identifica el hacinamiento en un campamento local para familias desplazadas por el conflicto en curso como un contribuyente significativo a la propagación del mpox. En estas condiciones de hacinamiento, los niños a menudo juegan en espacios reducidos, ignorando las pautas de distanciamiento social. Este contacto cercano, agravado por los arreglos de sueño compartidos dentro de los hogares, crea un caldo de cultivo para la transmisión. La clínica de Munigi ha visto un flujo constante de casos desde junio, con 310 casos de mpox reportados y nuevas admisiones que oscilan entre cinco y diez cada día. Afortunadamente, no ha habido fatalidades en esta instalación, lo que es un testimonio de la efectividad de la intervención temprana y la provisión de servicios de salud gratuitos. El Dr. Ngadjole enfatiza la importancia de hacer que la atención médica sea accesible, ya que esto anima a las familias a buscar ayuda antes de que la enfermedad progrese. Sin embargo, la situación es marcadamente diferente en un hospital en Kavumu, ubicado a aproximadamente 80 kilómetros al suroeste de Munigi. Allí, la dura realidad del mpox se ha manifestado de manera más trágica, con ocho de 800 pacientes sucumbiendo a la enfermedad, cada uno de ellos menores de cinco años. Este marcado contraste resalta los desafíos sistémicos que enfrentan los proveedores de atención médica en la región y la crítica necesidad de aumentar el apoyo y los recursos. A medida que el brote de mpox continúa afectando la vida de los niños vulnerables en la RDC, el llamado urgente a mejorar la infraestructura de salud y las medidas preventivas resuena más fuerte que nunca. Sin esfuerzos concertados para abordar los problemas subyacentes, incluido el hacinamiento y el acceso limitado a la atención médica, la salud y el bienestar de innumerables niños siguen en riesgo. La difícil situación de las jóvenes víctimas de este brote sirve como un recordatorio conmovedor de las luchas continuas que enfrentan las comunidades que lidian tanto con crisis de salud como con las repercusiones del conflicto.