Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Lula da Silva y Gustavo Petro, presidentes de Brasil y Colombia, han reiterado su llamado a la transparencia en el reciente proceso electoral de Venezuela, tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de convalidar la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio. En una declaración conjunta emitida después de sendas conversaciones telefónicas, ambos líderes enfatizaron que la credibilidad del proceso electoral en el país vecino no puede restablecerse sin la publicación de las actas desglosadas, un paso que consideran fundamental para la legitimidad democrática. Los presidentes de Brasil y Colombia han coincidido en que la "normalización política de Venezuela" está intrínsecamente ligada al diálogo pacífico y a la convivencia democrática en un contexto de diversidad. Este enfoque se presenta como una invitación a todas las partes implicadas a rechazar la violencia y la represión, enfatizando la necesidad urgente de construir un ambiente propicio para la negociación y la reconciliación. En este sentido, Lula y Petro han mostrado una clara intención de actuar como mediadores en la crisis política venezolana. La declaración de los mandatarios es un reflejo del creciente descontento internacional hacia las elecciones venezolanas, que fueron objeto de críticas severas, no solo por parte de Brasil y Colombia, sino también por un grupo de once países americanos que cuestionaron abiertamente el fallo del TSJ. Estos países manifestaron su preocupación sobre la falta de independencia e imparcialidad del poder judicial en Venezuela. Sin embargo, Lula y Petro han optado por mantener una postura más conciliadora, evitando juzgar directamente la decisión del TSJ y abogando por un diálogo continuo entre las partes. En medio de estas tensiones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha sido objeto de críticas por no haber publicado los resultados desglosados de la contienda electoral. Esta falta de transparencia ha alimentado la controversia sobre la legitimidad de la victoria de Maduro, mientras que la coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, obtuvo una victoria clara. La PUD ha expresado su agradecimiento a Lula y Petro por su apoyo a la soberanía popular y su insistencia en la publicación de las actas de escrutinio. Ambos presidentes también recordaron los compromisos asumidos en los Acuerdos de Barbados, instrumentos que buscan establecer un marco común de entendimiento entre el gobierno y la oposición venezolana. Este llamado a la transparencia se convierte en un punto focal para la reconstrucción de la confianza en el proceso electoral y la política en general en el país, donde la polarización ha llevado a una situación de estancamiento y crisis. En un contexto más amplio, Lula y Petro han manifestado su oposición a las sanciones unilaterales que, según ellos, son perjudiciales para las poblaciones de los países afectados y contrarias al derecho internacional. Este enfoque destaca una decisión consciente de los líderes latinoamericanos de adoptar una postura más diplomática, buscando evitar un enfoque más confrontacional que solo podría agravar la situación en Venezuela. La necesidad de diálogo y entendimiento entre el gobierno venezolano y la oposición parece ser el único camino viable hacia una resolución pacífica. La situación en Venezuela, desde la perspectiva de Lula y Petro, no solo afecta a su población, sino que también repercute en la estabilidad regional. Así, reafirmaron su disposición para actuar como facilitadores en el proceso, lo que podría ofrecer un nuevo respiro a las tensiones políticas actuales. Cabe destacar que el clima en Venezuela sigue siendo volátil, con manifestaciones programadas para los próximos días. María Corina Machado, una de las figuras de la oposición, ha convocado a la ciudadanía a salir a las calles el 28 de agosto, dando continuidad a las protestas contra el gobierno de Maduro. Este contexto de movilización social añade una capa más de complejidad a la situación política, que tanto Lula como Petro están observando con atención. Finalmente, la exigencia de una mayor transparencia en el proceso electoral se convierte no solo en un imperativo para la legitimidad del gobierno venezolano, sino también en un símbolo de la creciente presión internacional sobre un régimen que ha enfrentado crecientes críticas por su manejo de la democracia. La reacción de la comunidad internacional, encabezada por líderes como Lula y Petro, podría ser un indicador de que los vientos de cambio están comenzando a soplar en la región, aunque el camino hacia la estabilidad y la paz en Venezuela sigue siendo incierto.