Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un movimiento proactivo e innovador, los restaurantes junto a la playa en los Países Bajos, como Zand Katwijk, están añadiendo "dosis" de protector solar a sus menús como parte de una iniciativa nacional destinada a frenar el alarmante aumento de casos de melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel. Esta iniciativa surge en respuesta a las altas tasas de diagnóstico de cáncer de piel en el país, que, a pesar de su clima algo templado, se encuentra entre los más altos de Europa. Dirk Schipper, quien dirige Zand Katwijk, ha notado un aumento significativo en las solicitudes de protector solar por parte de los clientes. En colaboración con una aseguradora de salud, el restaurante comenzó a ofrecer botellas de 30 ml de protector solar factor 30 a precio de costo, un pequeño gesto que ha sido recibido con entusiasmo por los clientes que a menudo subestiman la intensidad del sol, gracias a los frescos vientos costeros. "La gente lo ha llamado un salvavidas", comentó Schipper, enfatizando la importancia de la protección solar incluso en un país conocido por su clima impredecible. Las estadísticas revelan una tendencia preocupante: uno de cada cinco holandeses enfrentará cáncer de piel en su vida, siendo los casos de cáncer de piel un asombroso 52% de todos los diagnósticos de cáncer en el país. Si bien los avances en diagnósticos y tratamientos han llevado a una disminución en las tasas de mortalidad, la carga financiera de estos casos ha seguido aumentando, lo que ha llevado a proveedores de atención médica como Zilveren Kruis a abogar por medidas preventivas. La aseguradora ha encontrado que un asombroso 95% de los casos de cáncer de piel podrían evitarse mediante un uso diligente de la protección solar. La iniciativa ha recibido apoyo de diversos sectores, con autoridades locales, escuelas y clubes deportivos también instalando dispensadores de protector solar en áreas públicas. La investigación indica que los lugares de comida al aire libre, como las terrazas de los restaurantes, son puntos críticos para la exposición al sol, lo que hace vital la disponibilidad de protector solar en estos lugares. La clienta Petra Hoogeveen, que tiene experiencia personal con el cáncer de piel en su familia, expresó su preocupación por la tendencia holandesa a buscar el clima soleado a pesar de los riesgos involucrados. "Las personas que viven en países más cálidos como España intentan evitar el sol, pero nosotros no: buscamos el sol", reflexionó, destacando una actitud cultural que podría contribuir al aumento de la incidencia de cáncer de piel. El Dr. Daniel Kadouch, un dermatólogo involucrado en la iniciativa, subraya la necesidad de un enfoque multifacético para la protección solar, que incluye buscar sombra durante las horas pico de sol, usar ropa protectora y aplicar un protector solar de alto SPF. Señaló investigaciones que vinculan las quemaduras solares, especialmente durante la infancia, con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel más adelante en la vida. El cambio demográfico en los Países Bajos, con una población envejecida que ha acumulado daños en la piel a lo largo de las décadas, también juega un papel significativo en el aumento de las estadísticas del cáncer de piel. El Dr. Arjan van Dijk del instituto de salud pública RIVM notó que el patrón se asemeja al de otros países del norte de Europa con tipos de piel más claros que son más susceptibles al daño solar. La disposición de la población holandesa a disfrutar del clima soleado después de largos períodos de cielos nublados agrava aún más el problema, según el historiador cultural Prof. Peter Jan Margry. A medida que el cambio climático transforma los patrones meteorológicos, trayendo temperaturas más extremas y sol prolongado, los expertos están pidiendo un cambio cultural en la forma en que se aborda la exposición al sol. El mensaje es claro: la protección solar proactiva es esencial, y con iniciativas como las dosis de protector solar en restaurantes de playa, hay esperanza para un futuro en el que las tasas de cáncer de piel puedan ser gestionadas y reducidas de manera efectiva.