Portugal reduce incendios forestales gracias a la educación y nuevas estrategias de gestión

Portugal reduce incendios forestales gracias a la educación y nuevas estrategias de gestión

Desde 2017, Portugal ha reducido significativamente los incendios forestales gracias a campañas de prevención y educación, aunque persisten desafíos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

Desde 2017, Portugal ha logrado un descenso significativo en el número de incendios forestales, que anteriormente habían cobrado la vida de más de 100 personas y arrasado alrededor de 500.000 hectáreas en un solo año. Este cambio drástico en la gestión de incendios se ha conseguido a través de una serie de iniciativas de prevención implementadas por la Agencia de Gestión Integrada de Incendios Forestales (AGIF). En un contexto marcado por la tragedia, el país se vio obligado a replantear su enfoque hacia los incendios forestales, resultando en estrategias innovadoras y un fuerte compromiso social. La campaña "Portugal Chama" ("Portugal te llama") fue el primer paso hacia este cambio. Tiago Oliveira, presidente de AGIF, explicó que esta iniciativa comenzó en 2018 con un mensaje claro: involucrar a todos los ciudadanos en la prevención de incendios. En su primer año, la campaña tuvo un impacto notable en la concienciación pública, lo que llevó a una reducción en la frecuencia de incendios. Si antes del 2019 se registraban alrededor de 20.000 incendios anuales, el año pasado esa cifra se redujo a tan solo 7.000. El enfoque de AGIF no se limitó únicamente a campañas de sensibilización. Se establecieron líneas de comunicación para que la población pudiera consultar sobre el uso del fuego, especialmente en actividades agrícolas. Esta interacción ha permitido que los ciudadanos se sientan más responsables y conscientes de las consecuencias de sus acciones, generando un cambio en la cultura del uso del fuego. Oliveira destacó que este cambio de comportamiento ha sido fundamental en la lucha contra los incendios. A pesar de los logros alcanzados en los últimos años, AGIF no se detiene allí. Hasta 2026, se implementará una nueva fase de la campaña, que incluirá un enfoque más personalizado y directo, como visitas puerta a puerta por parte de la Guardia Nacional Republicana. Además, se integrarán programas educativos en las escuelas para enseñar a los niños sobre la prevención de incendios desde una edad temprana. Las estadísticas más recientes son alentadoras. Según el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF), hasta el 15 de agosto de 2024, Portugal ha registrado el menor número de incendios y la menor superficie quemada desde 2014. Sin embargo, no se debe bajar la guardia; agosto se ha convertido en el mes con más superficie quemada de este año, duplicando las cifras de julio. Este aumento pone de manifiesto que aunque se han logrado avances, la lucha contra los incendios forestales es un desafío continuo. Oliveira destacó que la variabilidad climática también ha jugado un papel crucial en la reducción de incendios, afirmando que un verano más benigno ha contribuido a limitar la propagación de las llamas. Sin embargo, el cambio en la mentalidad de la población ha sido, sin duda, el motor principal de esta tendencia positiva. Este año, con 3.500 incendios, Portugal ha mostrado que la educación y la concienciación pueden ser tan efectivas como las medidas de combate directo. A nivel europeo, la situación de los incendios forestales sigue siendo preocupante. Un informe publicado en la revista 'Earth System Science Data' muestra que, si bien los incendios han sido contenidos, han tenido efectos devastadores en la infraestructura, el suministro de agua y las economías locales en otros países europeos. La necesidad de una coordinación más efectiva entre las fuerzas de combate a incendios de diversos países se vuelve evidente, y Oliveira sugiere que Europa podría aprender de modelos exitosos de colaboración, como el de Canadá y Estados Unidos. Además, Oliveira enfatiza la importancia de articular políticas agrícolas que fomenten un manejo adecuado de los bosques y minimicen los incendios. La Política Agrícola Común debería ser un aliado en este esfuerzo, permitiendo que los agricultores adopten prácticas que mantengan la vegetación bajo control y eviten la acumulación de material combustible. El incendio de Evros en Grecia, que arrasó con 938 kilómetros cuadrados en 2023, resalta la magnitud del desafío que enfrenta Europa en la lucha contra los incendios forestales. Este evento ha sido el más devastador registrado en la Unión Europea, y muestra que la experiencia de Portugal podría ser un modelo a seguir, no solo para mejorar las prácticas nacionales, sino también para colaborar a nivel regional en la prevención y control de incendios. Al mirar hacia el futuro, es imprescindible que Portugal continúe desarrollando su estrategia integral de gestión de incendios, aprendiendo de sus experiencias y adaptándose a los nuevos desafíos. La combinación de educación, innovación en la gestión y políticas agrícolas sostenibles podría allanar el camino hacia un futuro en el que los incendios forestales sean menos devastadores y más controlables.

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