Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las inundaciones en el noreste de India y el este de Bangladesh han dejado una estela de devastación, con al menos 15 personas fallecidas y miles de ciudadanos varados en medio de un escenario caótico. Desde el miércoles, las intensas lluvias han azotado el estado de Tripura en India, donde las autoridades han declarado alerta roja. Este fenómeno meteorológico ha causado no solo la muerte de 11 personas en India, sino también el desplazamiento de miles, mientras que en Bangladesh se han reportado otras cuatro muertes relacionadas con las inundaciones. Las autoridades han informado que las lluvias torrenciales han provocado deslizamientos de tierra y la inundación de varias regiones, incluida la capital de Tripura, Agartala. En respuesta a la crisis, más de 300 centros de refugio se han habilitado para albergar a los afectados. La situación es crítica, y el ministro principal de Tripura, Manik Saha, ha expresado que el gobierno está centrado en socorrer a los desplazados y monitorizar el desarrollo de las lluvias. En Bangladesh, la tragedia ha golpeado de manera similar. Una mujer embarazada ha perdido la vida tras caer a las aguas, y otros tres individuos han muerto ahogados o electrocutados. La situación en los distritos más afectados, como Cumilla, Feni y Noakhali, es desesperante, ya que los habitantes han quedado sin electricidad y las carreteras se han vuelto intransitables. Además, las interrupciones en los viajes han aislado a la ciudad portuaria de Chattogram y a la capital, Dhaka, complicando aún más la respuesta a la emergencia. Los esfuerzos de rescate se han visto obstaculizados por la falta de comunicación, ya que muchos voluntarios han tenido dificultad para localizar a las víctimas debido a que sus números de celular no son accesibles. El Centro de Previsión y Alerta de Inundaciones de Bangladesh ha advertido que el nivel del agua sigue en aumento en muchos ríos de las regiones oriental, nororiental y suroriental. Sonia Akter, una madre en Feni, ha compartido su angustia mientras se refugia en una azotea con sus hijos pequeños y familiares. La desesperación de los afectados es palpable; muchos recurren a barcas y otros medios improvisados para evacuar sus hogares inundados. “No había visto tanta agua en los últimos 20 años”, comentó Mohammad Masum, residente de Feni, quien ha perdido casi todo en su hogar. Mientras los militares y otras autoridades llevan a cabo las operaciones de rescate, las tensiones entre India y Bangladesh han comenzado a emerger. Algunos bangladesíes han responsabilizado a India por la apertura de una presa en Tripura, lo que, según ellos, ha agravado la situación al provocar inundaciones repentinas. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de India ha rechazado estas afirmaciones, argumentando que la intensificación de las lluvias en las cuencas fluviales ha sido la causa principal del desastre. Las lluvias monzónicas son un fenómeno común en la región, comenzando generalmente en junio. Sin embargo, la magnitud de las inundaciones actuales ha desatado alarmas sobre la preparación y capacidad de respuesta de ambos países ante tales emergencias. Un estudio del Banco Mundial en 2015 ya había advertido sobre el riesgo de inundaciones anuales que enfrentan millones de personas en Bangladesh. Ante esta situación desoladora, muchos se preguntan cómo se puede contribuir a la recuperación. La comunidad internacional y las organizaciones humanitarias están llamadas a actuar, no solo para aliviar el sufrimiento inmediato de los afectados, sino también para implementar estrategias efectivas que mitiguen el impacto de futuras inundaciones. El camino hacia la recuperación será arduo, y tanto India como Bangladesh deben colaborar para enfrentar los desafíos que presentan las lluvias monzónicas y el cambio climático. La prevención y la planificación son esenciales para reducir el riesgo y proteger a las poblaciones vulnerables que, en muchas ocasiones, son las más afectadas por estos desastres naturales. La necesidad de asistencia humanitaria es urgente, y la comunidad global debe unirse para ofrecer apoyo a aquellos que enfrentan esta calamidad. Las historias de angustia y pérdida son un recordatorio contundente de la fragilidad de la vida en regiones propensas a desastres, y la solidaridad es imperativa en estos momentos de crisis.