Urgente alerta sobre riesgo de megaterremoto en Mentawai-Siberut, Indonesia

En una reciente conferencia, el geólogo Danny Hilman Natawidjaja, investigador de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (BRIN), lanzó una alerta sobre la posibilidad de un megaterremoto en la región de Mentawai-Siberut y el estrecho de Sunda. Su advertencia subraya el elevado riesgo que enfrenta esta zona sísmica y la necesidad urgente de que la población tome medidas preparatorias. A medida que el tiempo avanza, el mensaje de Natawidjaja se vuelve más relevante; la historia ha demostrado que la inacción puede llevar a consecuencias devastadoras. Natawidjaja enfatizó la importancia de la preparación comunitaria, señalando que los procedimientos de evacuación deben ser parte de la educación de los residentes locales. La infraestructura también necesita ser revisada y modernizada para soportar la fuerza de un posible terremoto de gran magnitud. “La minimización de víctimas debe ser una prioridad”, afirmó en un tono que reflejaba la seriedad de la situación. La memoria colectiva sobre desastres naturales tiende a desvanecerse con el tiempo, algo que Natawidjaja teme que ocurra en esta región de Indonesia. La historia sísmica de Mentawai-Siberut es rica en eventos catastróficos, pero podría ser que las generaciones actuales no sean plenamente conscientes del peligro. “La probabilidad de que se produzca un megathrust es realmente bastante alta”, advirtió, sugiriendo que la inacción podría llevar a una tragedia inevitable. Refiriéndose a eventos pasados, Natawidjaja recordó el terremoto de 1797, que alcanzó una magnitud de 8.5. Este desastre dejó una huella imborrable en la región y, según el investigador, el tiempo desde entonces podría haber permitido que se acumule suficiente energía tectónica como para desencadenar otro gran evento sísmico. “El período de recurrencia estimado ha pasado sin que se haya liberado esa energía”, explicó, lo que aumenta la preocupación por el futuro. No solo los terremotos históricos son motivo de preocupación. Los eventos sísmicos más recientes, como los terremotos de 2007 y 2010, que ocurrieron en los bordes del segmento, han dejado una gran cantidad de energía sin liberar. La naturaleza de estos fenómenos, como demostró el terremoto de Nias en 2005, sugiere que la actividad sísmica puede ser rápida y catastrófica, lo que exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades y la comunidad. El geólogo también hizo un interesante paralelismo entre Indonesia y Japón en términos de preparación ante terremotos. Mientras que Japón ha avanzado significativamente en la emisión de alertas tempranas y en la preparación de su población para estos eventos, Indonesia aún tiene un largo camino por recorrer. “La cultura de mitigación de desastres es mucho más fuerte en Japón”, señaló Natawidjaja, sugiriendo que la experiencia de Japón podría servir como un modelo para Indonesia. El investigador también destacó que, aunque el riesgo es particularmente elevado en la región de Mentawai-Siberut, otras áreas como Molucas y Nusa Tenggara también son vulnerables. Sin embargo, la falta de datos sobre terremotos en estas regiones limita la capacidad de respuesta y preparación. En el estrecho de Sunda, la ausencia de terremotos significativos durante siglos podría ocultar un peligro inminente que podría manifestarse en cualquier momento. La exhortación de Natawidjaja a la población y a las autoridades es clara: no hay tiempo que perder. La preparación y la educación son clave para reducir el impacto de un megaterremoto. Las comunidades deben involucrarse activamente en la creación de planes de emergencia, simulacros de evacuación y en la revisión de infraestructuras críticas. En conclusión, la advertencia del geólogo Danny Hilman Natawidjaja subraya la urgencia de actuar frente a la amenaza de un megaterremoto en la región de Mentawai-Siberut. La combinación de historia sísmica, acumulación de energía y falta de preparación puede resultar en una catástrofe si no se toman las medidas adecuadas. La educación, la concienciación y la acción son indispensables para salvaguardar vidas en el futuro. La tarea no solo recae en las autoridades, sino también en la comunidad en su conjunto, que debe unirse para estar lista ante cualquier eventualidad.