Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el debate sobre la inmigración continúa agitando la política estadounidense, los demócratas están haciendo un esfuerzo concertado para remodelar su narrativa y apropiarse del tema. Con cifras récord de migrantes detenidos en la frontera durante la administración Biden, estadísticas recientes han mostrado una disminución en los cruces ilegales durante cinco meses consecutivos, un desarrollo que el partido está ansioso por resaltar como un signo de progreso. Los demócratas han atribuido la disminución de los cruces a una serie de acciones tomadas por la administración Biden destinadas a frenar la inmigración ilegal. Entre estas se encuentra una orden ejecutiva firmada por el presidente Biden en junio que simplifica el proceso para deportar a los migrantes, permitiendo a los funcionarios hacerlo sin tener que procesar sus solicitudes de asilo. Este movimiento ha provocado un renovado enfoque en la política de inmigración dentro del Comité Nacional Demócrata (DNC) y ha llevado a un giro estratégico hacia una postura más asertiva en cuanto a la seguridad fronteriza. En un evento reciente del DNC, varios oradores defendieron el historial de la vicepresidenta Kamala Harris mientras atacaban al expresidente Donald Trump por su papel en descarrilar un acuerdo bipartidista sobre seguridad fronteriza a principios de este año. El congresista Tom Suozzi de Nueva York, resonando con los sentimientos de todo el partido, declaró: "Seamos claros, la frontera está rota", y enfatizó la necesidad de leyes de seguridad fronteriza y asilo más estrictas. Este cambio hacia un mensaje de inmigración más duro se ve como una respuesta necesaria a lo que tradicionalmente se ha considerado la mayor vulnerabilidad política de los demócratas. Harris, que ha enfrentado críticas significativas por su papel en la política de inmigración, ha sido etiquetada por la campaña de Trump como una "zarina de la frontera" fracasada. Sin embargo, los demócratas se están uniendo a su alrededor, afirmando que está preparada para abordar las complejidades de la inmigración con un enfoque humanista. El senador de Connecticut, Chris Murphy, quien facilitó las negociaciones sobre una medida de seguridad fronteriza que finalmente fracasó en el Congreso, defendió el historial de Harris y la posicionó como una figura de fortaleza en cuestiones de inmigración. "Kamala Harris sabe que podemos ser una nación de inmigrantes y leyes de inmigración", dijo Murphy, afirmando que revivirá el proyecto de ley de seguridad fronteriza y trabajará para su aprobación una vez que asuma la presidencia. Murphy también dirigió la culpa hacia Trump, argumentando que las tácticas del expresidente para infundir miedo sobre los migrantes han exacerbado los desafíos de inmigración del país. Acusó a Trump de frustrar soluciones potenciales por ganancia política, sugiriendo que una resolución socavaría la narrativa divisiva de Trump. El representante de California, Pete Aguilar, presidente del Caucus Demócrata de la Cámara, reforzó la postura del partido al afirmar que los votantes no necesitan elegir entre una frontera segura y una América más inclusiva. "Bajo la presidencia de Harris, podemos y haremos ambas cosas", afirmó Aguilar, encapsulando el mensaje dual que los demócratas buscan proyectar. En una demostración estratégica, el DNC presentó un video que esbozaba las medidas fronterizas más estrictas propuestas en el fallido proyecto de ley bipartidista, que incluía financiamiento para agentes fronterizos adicionales y tecnologías avanzadas para combatir el tráfico de fentanilo. Este movimiento subraya un esfuerzo por no solo abordar las preocupaciones de los votantes sobre la seguridad fronteriza, sino también reafirmar el compromiso del partido con políticas de inmigración humanitarias. A medida que se acerca la elección presidencial de 2024, es evidente que la inmigración seguirá siendo un tema polémico. Con los demócratas trabajando para reconfigurar su narrativa y tomar medidas proactivas en la seguridad fronteriza, el partido espera transformar lo que ha sido una carga política en una plataforma de fortaleza, posicionándose como duros en inmigración y compasivos hacia los migrantes.