Leve temblor en Pasto reaviva preocupación y resalta importancia de la preparación

Leve temblor en Pasto reaviva preocupación y resalta importancia de la preparación

Un leve temblor de magnitud 3.3 se registró en Pasto, Nariño, generando inquietud entre la población. Se recomienda mantener la calma y estar preparados.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Este miércoles 21 de agosto, los habitantes de Pasto, en el departamento de Nariño, experimentaron un leve temblor que ha llamado la atención de la comunidad local. Según información proporcionada por el Servicio Geológico Colombiano (SGC), el sismo se registró a las 10:50 a.m. y alcanzó una magnitud de 3.3 en la escala de Richter, lo que lo categoriza como un movimiento sísmico leve-medio. Aunque la magnitud no fue alarmante, la sensación de movimiento ha generado inquietud entre la población, que, a pesar de estar acostumbrada a estos fenómenos, siempre vive con un cierto grado de preocupación ante la posibilidad de sismos más intensos. El SGC, encargado de realizar un monitoreo constante de la actividad sísmica en el país, reportó que el epicentro del temblor se localizó en las inmediaciones de los municipios de Santiago, Sibundoy y Colón, en la vecina región del Putumayo. Estas zonas son conocidas por su actividad sísmica debido a la compleja interacción de las placas tectónicas que convergen en el territorio colombiano, lo que convierte al país en uno de los más sísmicamente activos de América Latina. Colombia, por su geografía y su ubicación en el llamado "Cinturón de Fuego del Pacífico", enfrenta la posibilidad de experimentar múltiples sismos a lo largo del mes, con un promedio que puede llegar hasta los 2.500 movimientos telúricos. Esta característica geológica ha hecho que el país desarrolle protocolos de prevención y respuesta ante situaciones de emergencia, con el fin de proteger a la población y minimizar los riesgos asociados a estos eventos naturales. A pesar de la preocupación que genera cada temblor, los expertos del SGC aseguran que la mayoría de los sismos en Colombia son de baja magnitud y no representan un peligro inminente. Sin embargo, el monitoreo constante y los estudios sísmicos son esenciales para entender mejor el comportamiento de estas placas tectónicas y para desarrollar políticas de mitigación más efectivas. En este sentido, la educación y la preparación de la población son fundamentales para enfrentar cualquier eventualidad. Las autoridades locales han instado a la ciudadanía a mantener la calma y a seguir las recomendaciones de seguridad establecidas en caso de sismos. Entre estas recomendaciones se encuentran la identificación de puntos seguros en el hogar y en el trabajo, así como la creación de planes de evacuación que se puedan llevar a cabo en caso de un movimiento telúrico más fuerte. La importancia de estar preparados no puede subestimarse, especialmente en una región donde el riesgo sísmico es parte del día a día. Por otro lado, el reciente temblor también ha servido como recordatorio de que la infraestructura de muchas ciudades debe ser revisada y reforzada para resistir eventuales sismos más severos. En este sentido, tanto el gobierno local como el nacional han estado trabajando en proyectos de mejoramiento y adecuación de edificios y otras estructuras, aunque aún queda un largo camino por recorrer. Pese a las inquietudes que generan estos temblores, muchos habitantes de Nariño han aprendido a convivir con ellos. Las comunidades, en su mayoría, han desarrollado un nivel de resiliencia que les permite enfrentar estas situaciones con calma, entendiendo que son parte de la naturaleza de la región. Sin embargo, siempre es crucial que no se baje la guardia y que se continúe promoviendo la educación sobre cómo actuar en caso de un sismo. El sismo del 21 de agosto es solo uno más en la larga lista de movimientos telúricos que han sacudido a Colombia a lo largo de su historia. Cada temblor es una oportunidad para reforzar la cultura de prevención y para recordar que, aunque la naturaleza es impredecible, la preparación y el conocimiento pueden hacer una gran diferencia en la seguridad de las personas. En conclusión, el temblor registrado este miércoles no solo es un recordatorio de la actividad sísmica de la región, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la preparación y la educación en la comunidad. Estar informados y preparados ante estos fenómenos es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los habitantes en una zona tan sísmicamente activa como Nariño y sus alrededores.

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