Necesidad urgente de reforma en la atención de salud mental en Gran Bretaña: las familias exigen un cambio.

Necesidad urgente de reforma en la atención de salud mental en Gran Bretaña: las familias exigen un cambio.

Cartas al editor revelan fallas sistémicas en la atención de salud mental en Gran Bretaña, destacando la urgente necesidad de reformas y las dificultades que enfrentan las familias.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 21.08.2024

En una serie de conmovedores cartas al editor, se ha puesto de manifiesto el inquietante estado de la atención de salud mental en Gran Bretaña, resaltando fallos sistémicos y una urgente necesidad de reforma. Las narrativas compartidas por padres de personas con problemas de salud mental exponen la dura realidad que enfrentan las familias al navegar un sistema profundamente defectuoso. Mary Curran, cuya hija, Lillian Lucas, murió trágicamente mientras estaba bajo el cuidado de una instalación privada de salud mental, expresó su indignación y frustración por el abandono que permea los servicios comunitarios de salud mental. Su hija, que también era enfermera de salud mental, buscó ayuda durante sus episodios psicóticos pero recibió respuestas inadecuadas del mismo sistema diseñado para ayudarla. El relato de Curran ilustra una irónica y desgarradora realidad; la pasión por el cuidado que Lillian encarnaba se contrasta de manera contundente con la apatía institucional que, en última instancia, contribuyó a su fallecimiento. La investigación sobre la muerte de Lillian encontró graves fallos por parte del NHS, una situación que Curran afirma es sintomática de un abandono sistémico más amplio hacia las personas con problemas de salud mental y sus familias. Otra carta de un padre que recientemente experimentó el trauma de que su hijo fuera internado refleja los sentimientos de Curran, arrojando luz sobre las dinámicas dañinas que existen dentro de los servicios de salud mental. A pesar de ser tranquilizado por el personal del hospital sobre la importancia de la participación familiar, la realidad era una lucha contra un sistema opaco que a menudo desestimaba las perspectivas de los cuidadores. Este padre articuló la carga emocional que se impone a las familias, que a menudo se sienten marginadas y no escuchadas, incluso mientras se esfuerzan por abogar por las necesidades de sus seres queridos. El sesgo inherente contra la inclusión familiar en las decisiones de tratamiento no solo añade estrés a la ya desafiante experiencia de la hospitalización, sino que también puede poner en peligro la calidad de la atención proporcionada. Sumándose a la conversación, David Kitchen planteó un preocupante problema respecto a la disponibilidad y prescripción de tratamientos efectivos para condiciones como la esquizofrenia. Señaló que, si bien una parte significativa de la población sufre de esquizofrenia resistente al tratamiento, existe una evidente brecha en la prescripción de clozapina, el único tratamiento autorizado para tales casos. Kitchen argumenta que un cambio hacia un tratamiento médico más proactivo y apropiado podría conducir a mejores resultados sin incurrir en costos adicionales. Destaca la necesidad de un cambio cultural dentro del sistema de salud mental que priorice la intervención temprana y opciones de tratamiento adecuadas, en lugar de medidas reactivas tomadas solo cuando ocurren crisis. Las cartas, en conjunto, pintan un inquietante panorama de la salud mental en Gran Bretaña, caracterizado por la falta de financiación, el abandono sistémico y un fracaso en integrar las perspectivas familiares en el tratamiento. A medida que estas experiencias angustiosas se acumulan, se hace cada vez más evidente que son necesarias reformas urgentes para garantizar que los miembros más vulnerables de la sociedad reciban la atención compasiva y efectiva que merecen. Las voces de los padres y cuidadores, las mismas personas que comprenden íntimamente los desafíos enfrentados por aquellos con problemas de salud mental, deben ser amplificadas en las discusiones sobre políticas y prácticas. El momento de cambio ya se ha retrasado demasiado, y es imperativo que se tomen medidas para abordar estas críticas lagunas en la atención de salud mental.

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