Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La amenaza que representa el virus de la gripe aviar H5N1 es más grande que nunca, ya que continúa extendiéndose por las granjas de EE. UU., particularmente entre el ganado lechero. Con infecciones reportadas en 192 rebaños en 13 estados, las preocupaciones están aumentando sobre el potencial del virus para establecerse de manera permanente en el ganado, lo que podría llevar a una crisis de salud pública. La Dra. Krutika Kuppalli, experta en enfermedades infecciosas que anteriormente trabajó con la Organización Mundial de la Salud, ha enfatizado la urgencia de la situación. Advierte que, sin cambios significativos en las políticas estatales y federales, la ventana para el control se está cerrando rápidamente. Si bien el riesgo actual para los humanos sigue siendo bajo, las implicaciones de que el virus se arraigue en el ganado son alarmantes. Cuanto más tiempo circule el virus entre los animales, mayor será la probabilidad de que mute en una forma que podría infectar a los humanos más fácilmente. Desde su aparición, el virus H5N1 ha demostrado una inquietante capacidad de propagación, infectando recientemente no solo a ganado, sino también a aves de corral y a los trabajadores que cuidan de estos animales. Notablemente, nueve de los trece casos humanos reportados están vinculados a trabajadores en granjas avícolas cercanas a las operaciones lecheras afectadas en Colorado. Esta interconexión entre diferentes especies de ganado crea una compleja red de transmisión que podría facilitar brotes adicionales. Los expertos advierten que la historia ha demostrado que las pandemias pueden surgir de la transmisión de animales a humanos, y la propagación continua del H5N1 podría ser un precursor de una crisis de salud más significativa. “Somos tan rápidos para culpar a China por lo que sucedió con el SARS-CoV-2, pero no estamos haciendo nada mejor en este momento”, comentó la Dra. Kuppalli, destacando la responsabilidad global de monitorear y gestionar las enfermedades zoonóticas de manera efectiva. El sector agrícola enfrenta presiones sin precedentes mientras los agricultores se esfuerzan por mantener la bioseguridad y proteger sus rebaños, al mismo tiempo que navegan por los desafíos económicos que plantea la pandemia. La situación requiere una vigilancia mejorada, mejores prácticas de manejo de enfermedades y respuestas coordinadas entre las agencias gubernamentales y la comunidad agrícola. A medida que el virus persiste, hay una necesidad urgente de políticas más robustas que prioricen la salud pública y el bienestar animal. Las posibles consecuencias de la inacción podrían ser graves, no solo para la industria agrícola, sino también para la salud pública en un sentido más amplio. La lección de pandemias anteriores sigue siendo clara: las medidas proactivas son esenciales para prevenir una crisis antes de que se salga de control. Con la amenaza del H5N1 potencialmente en aumento, el momento para una acción decisiva es ahora.