Tormentas devastadoras causan muertes y grandes daños en el área triestatal

Tormentas devastadoras causan muertes y grandes daños en el área triestatal

Fuertes tormentas en el área triestatal causaron muertes y daños significativos, dejando a comunidades en estado de emergencia y necesidad de ayuda.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Las fuertes tormentas que azotaron el área triestatal durante la noche del domingo han dejado un saldo trágico y daños significativos. En Connecticut, dos mujeres perdieron la vida, un evento que ha conmocionado a la comunidad local. Los cuerpos fueron recuperados cerca de Little River en Oxford, donde las intensas lluvias, que alcanzaron hasta 10 pulgadas, generaron corrientes peligrosas. El jefe de bomberos de Oxford, Scott Pellitier, informó que una de las víctimas se encontraba dentro de un automóvil, mientras que la otra intentaba aferrarse a un letrero antes de ser arrastrada por el torrente. Las autoridades meteorológicas han asegurado que estos fenómenos no están relacionados con el huracán Ernesto, que se desplaza por el océano Atlántico. Sin embargo, la devastación provocada por las tormentas es innegable, y los efectos se han sentido a lo largo de la costa este de Estados Unidos. En Long Island, el estado de emergencia fue declarado en el condado de Suffolk, donde las lluvias continuaron hasta la mañana del lunes, causando estragos y generando la necesidad de una respuesta rápida por parte de los servicios de emergencia. Los daños en Long Island son estimados en 25 millones de dólares, y se espera que la comunidad reciba ayuda financiera, tanto a nivel federal como estatal. Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones en diversas localidades y arrasaron carreteras, siendo Jericho Turnpike una de las más afectadas. Las autoridades realizaron rescates acuáticos en áreas como Nesconset y Ronkonkoma, donde los residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a la rápida acumulación de agua. La situación se complicó aún más con deslizamientos de tierra y el desbordamiento de una presa, lo que llevó a la evacuación de aproximadamente 150 estudiantes en la Universidad Stony Brook. La policía del condado de Suffolk recibió numerosos reportes de conductores atrapados en las inundaciones y de hogares inundados, destacando la magnitud de la crisis que enfrentan los residentes. El sistema de trenes LIRR también se vio afectado, suspendiendo servicios entre Port Jefferson y Kings Park debido a las inundaciones en el río Nissequogue. La interrupción del transporte público ha añadido un nivel de estrés a la situación, con muchos dependientes de estos servicios para desplazarse. A medida que las inundaciones impactaron a Nueva Jersey, las calles de ciudades como Edgewater, Hoboken y Jersey City se convirtieron en ríos, mientras que varios vehículos, incluyendo un coche patrulla estatal, fueron tragados por el agua. Las alertas de viaje se emitieron debido a los cierres en las principales autopistas del estado, lo que complicó aún más la movilidad en la región. El Servicio Meteorológico Nacional ha anunciado que, aunque las condiciones climáticas serán más benignas a medida que avancen los días, el impacto de estas tormentas aún se sentirá. Se esperan temperaturas más frescas y una disminución de la humedad, lo que podría brindar un respiro temporal a las comunidades afectadas. Sin embargo, la recuperación de la devastación sufrida tomará tiempo y recursos. Los funcionarios locales están trabajando arduamente para evaluar la magnitud completa de los daños y para coordinar la ayuda necesaria para los afectados. La comunidad se une en medio de la tragedia, mostrando resiliencia ante el desafío que se presenta. La importancia de contar con sistemas de alerta eficaz y planes de evacuación se ha vuelto evidente, ya que los eventos climáticos extremos parecen ser cada vez más comunes. La comunidad debe reflexionar sobre las lecciones aprendidas y prepararse mejor para futuras eventualidades climáticas. Mientras tanto, el duelo por la pérdida de vidas y la lucha por la recuperación se encuentran en el corazón de esta crisis, recordando a todos la fragilidad de la seguridad que a menudo se da por sentada. La esperanza es que, con la ayuda de las autoridades y la solidaridad de la comunidad, se pueda avanzar hacia una reconstrucción exitosa y un futuro más seguro para todos.

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